Es demasiado pronto para medir el verdadero impacto del discurso y celebración de Manuel Rosales este miércoles. Si nos guiamos por los gritos y el entusiasmo del pueblo en el Palacio de Eventos de Maracaibo, esto fue un golpe de Estado. Pero si sacamos conclusiones de Twitter y algunos medios digitales están desactualizadosEl gobernador zuliano jugó sucio, tapao de polla y lo que quisiera decir en un compromiso que diera cuenta de su estatus de “potable” para el gobierno.
A día de hoy, dos cosas siguen claras. La necesidad de Rosales de reconocer que su equipo tenía una velocidad de respuesta tan rápida como la de los vendedores ambulantes o Un Nuevo Tiempo lo llevó desde el principio a la tarea de distribuir camisetas del partido por toda la ciudad. Incluso, en ocasiones se vieron en las imágenes camisetas bordadas con “Manuel Rosales para presidente”, y según él, su aparición como candidato se decidió en el último momento, casi como un deber patriótico.
En segundo lugar, hubo pasajes de su discurso en un tono pasivo-agresivo que oscilaba entre declararse salvador de la democracia y declararse víctima de ciberbullying: “Me declararon la guerra por las redes, dijeron que si soy candidato de Maduro, si Negocio con Maduro, Dios me proteja y sea bueno conmigo ¡Gasto millones de dólares para inventar, calumniar y difamar! – María Corina Machado, dirigente de Unidad.
«Busquen negociaciones, busquen el candidato que supere los obstáculos y trabas del gobierno, llamen, le daré la candidatura a quien quieran, pero no difamen, no hagan una guerra sucia al pueblo. No dejemos que Venezuela “deje al pueblo venezolano sin salida”.
Eso es exactamente lo que dijo, como quien dice: El problema eres tú, tu candidatura no es aceptada, pero la mía sí.
Anda averigualo, casi soltó maracucho, aquí te espero. Y se refirió a dirigentes que “no creen en la vía electoral y juegan a la fantasía y a la magia de que algún día vendrán los marinos a salvar a Venezuela”. Ah, sorpresa: Rosales prácticamente repite los argumentos del chavismo…
Entonces, ¿realmente a Rosales le está yendo tan bien con el apoyo que ha recibido en tan poco tiempo?
Ahora mismo, hoy, sin ser directivo de una encuestadora ni miembro del club de analistas de Twitter, podemos decir con seguridad que no lo es. ¿Podría suceder en los próximos meses? Sí, claro que puede: es el decano de la política, tiene un partido, tiene la gobernación en una región clave en el mapa electoral y tiene el apoyo de algunos partidos que tienen alcaldías, como Fuerza Vecinal.
Todo dependerá de cómo canalice estos recursos y de si su objetivo es realmente desafiar a Maduro por la presidencia, ya que más de uno parece sospechar que hay un acuerdo en marcha. Si esto es cierto, se verá a su debido tiempo.
Lo que está fuera de toda duda en estos momentos es que no cuenta con ese apoyo popular. Este capital está en manos de María Corina. Ya ha declarado abiertamente que su candidato es su tocayo, Yoris.
Lo que Rosales tiene es la autoridad para competir con la élite chavista y registrar su nombre y su partido. Pero para llenar el cuadro de votación en su cuadro de Excel, necesita que María Corina diga públicamente “ah-ha, este es el tipo por el que vamos a votar”.
Y si sumamos todo lo que han dicho personas experimentadas sobre cómo llegamos a esta situación, y la grosería manifiesta de hoy, esta información parece poco probable en el momento en que planteo este punto aquí.
Esto nos deja lo siguiente: Rosales, fuera de su partido y sus nuevos aliados, traicionó las primarias opositoras en las que no participó, conspiró a espaldas de Unidad, jugó sucio, para garantizar su lugar en las urnas. El hecho de que sea tan bebible para Corina y el filtro autoritario del CNE lo pone bajo sospecha desde el punto de vista de muchos detractores e incluso de los “votocomosea” que se rocían perfume en los pañuelos por el 28 de julio.
Por otro lado, María Corina se encuentra en una situación difícil. Su posible final hasta el final Pronto la alcanzó.Tuvo que nombrar un candidato sustituto sin siquiera tocar la puerta del CNE. Ahora, después de que se le negó la posibilidad de nominar a su homónimo de confianza, se le presiona para que respalde y apoye a un candidato con estas calificaciones, aunque sea en secreto, algo en lo que al gobierno no le gusta verlo tan activo. El sindicato debe llegar a consensos y al mismo tiempo no hacer sentir amenazados a los patrones que controlan el sistema electoral.
El panorama es complejo: este personaje es doblemente potable Es en la forma de Manuel Rosales, a quien él y sus aliados no aceptan abiertamente como candidato de la Unión. Si alguien más no emerge y abandona su postura de que es Yoris o Yoris, será muy fácil para alguna opinión pública adaptarse a la narrativa: será divisivo, se abstendrá. y las elecciones de julio gracias a él.
Rosales ya lo ha demostrado: “Tenía que tomar una decisión y la hice, fue un gesto de responsabilidad: o abandonaba el barco y dejaba a Maduro ahí por 6 años, o le decía a Venezuela el 28 de julio: yo “Quitará a Maduro al final de las votaciones”.
Por supuesto, la mayoría de estos pueden cambiar en cualquier momento. Pero en la tarde de este miércoles 27 de marzo uno no quiere ser Manuel Rosales, ni serlo después de María Corina, como invitó con entusiasmo Nora Bracho, casi parafraseando a Chávez. No señor.