Una fecha de origen religioso que nada tiene que ver con la broma real que se está realizando en países de todo el mundo.
Tras la celebración de la Navidad, llega el Día de los Santos Inocentes, una fecha de origen religioso que nada tiene que ver con las bromas que se realizan actualmente en países de todo el mundo.
Esta tradición se considera pagana-religiosa. Su origen conmemora los cientos de niños que fueron asesinados en Belén por orden del rey Herodes, que buscaba a Jesús de Nazaret. La decisión del presidente fue matar a todos los niños varones menores de dos años.
“Entonces Herodes, al ver que los magos se burlaban de él, se enfureció terriblemente y mandó matar a todos los niños de Belén y de todas sus regiones, de dos años para abajo, según el tiempo señalado por los magos. Entonces las palabras del profeta Jeremías se cumplieron: “Un clamor en Ramá. Oído, muchos clamores y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere consolarse, porque ya no existen”” Evangelio de Mateo 2, 16- 18
En el Nuevo Testamento, San Mateo explica cómo los Magos llegaron a Jerusalén y le dijeron a Herodes que estaban buscando al futuro rey. Esto enfureció a la región, que vio peligrar su reinado.
Aunque este relato está escrito en la Biblia, no aparece en ningún registro histórico. No hay evidencia de que esto haya sucedido el 28 de diciembre.
Cuando la Iglesia Católica se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, las fiestas paganas fueron reemplazadas por celebraciones. En la Edad Media, la celebración se fusionó con el ritual conocido como “Fiesta de los Locos” y se desarrollaba entre Navidad y Año Nuevo.
Desde entonces, el Día de los Santos Inocentes se ha extendido por todo el mundo. Incluso en algunas regiones de Francia, las personas se visten con trajes tradicionales, realizan bailes tradicionales y, en muchos países, hacen bromas a personas desprevenidas.
Con información de El Cooperante
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