Numerosos familiares de presos y perseguidos políticos en Venezuela se reunieron este jueves en la Plaza de Los Palos Grandes y desde allí exigieron la libertad de más de 2.000 personas detenidas en los últimos 11 días, según el comunicado del propio Nicolás Maduro.
Caracas. “Esto es una orden presidencial”, fue la respuesta de funcionarios de la policía municipal Cristóbal Rojas en Charallave, provincia de Miranda, cuando Diego Casanova se acercó a la sede de esta organización para preguntar por su hermano.José Gregorio Pérez Maita es uno de los 2.229 ciudadanos detenidos en los últimos 11 días, según el propio Nicolás MaduroDespués de las elecciones presidenciales.
“Fui a llamar al abogado, reunirme con él, decirle lo que estaba pasando, cuáles eran los cargos y por qué lo mantenían allí, y el abogado me dijo que era una orden ejecutiva”. dijo. Crónica.Ao Diego.
El joven estuvo presente en la vigilia organizada por la oposición este jueves, exigiendo la liberación de los “presos políticos” del país, incluidos los detenidos tras las protestas postelectorales.
Con una camiseta blanca con la leyenda “Liberen a todos los presos políticos”, Diego se dirigió este jueves a cientos de ciudadanos reunidos en la Plaza de Los Palos Grandes, en el oriente de Caracas, y les pidió no desistir de su reclamo de libertad. Personas detenidas por protestar o simplemente estar en el lugar equivocado.
Fue una de las pocas personas que se presentó abiertamente como familiar de uno de los recientes detenidos; porque si bien entre los participantes había personas que representaban a otros detenidos, muy pocos se atrevieron a declarar o revelar sus casos ante las cámaras de los periodistas. El micrófono está dispuesto en el sitio.
José no volvió a casa
El hermano de Diego, José Gregorio, es un comerciante informal de 26 años y fue detenido la noche del 29 de julio, el mismo día en que comenzaron las protestas a nivel nacional para exigir los resultados del Poder Electoral que ganó Maduro para Nicolás.
Al señalar que su hermano no suele meterse en asuntos políticos, Diego contó que ese día salió de La Colmena, barrio donde vivía, para buscar a su madre en el centro de Charallave, pero nunca regresó a su casa.
Sólo dos días después, el miércoles 31 de julio, la familia pudo confirmar que José Gregorio se encontraba recluido en el calabozo de la policía municipal, donde permanece desde entonces, sin que se le permita tener defensa privada y presentarse a juicio. Se presentó una demanda contra él por “incitación al odio, incitación al terrorismo, incitación al delito y daños a los bienes públicos”.
“Nos dijeron que era una orden ejecutiva, que teníamos que quedarnos tranquilos que iban a iniciar la depuración, y que teníamos que esperar a que todo se calmara para ver si lo iban a soltar”, dijo.
en la carne
Diego está comprometido con el activismo en organizaciones no gubernamentales y ha estado muy involucrado en estos temas de defensa de los derechos humanos, pero nunca imaginó que tendría que utilizar los argumentos que aprendió para defender uno propio.
Ahora ha vivido de primera mano la desaparición de su hermano durante más de 48 horas después de su arresto, los registros de decenas de celdas, la hostilidad de los agentes de policía y la denegación de solicitudes legítimas para verlo, hablar con él o hablar en otro lugar. Al menos un abogado en quien usted confía jura defenderlo.
Dice que ahora él y su familia pasan sus días preparando lo que necesitan llevarle para que pueda comer o mantener su área ordenada, y asistiendo a eventos como vigilias conmemorativas para pedir su pronta liberación.
protesta ciudadana
La vigilia, convocada por la dirigencia opositora encabezada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, fue un evento ciudadano con una presencia mínima de dirigentes políticos.
Fueron muy pocos los rostros conocidos del antichavismo en este evento, donde se pudieron ver nombres como el exdiputado Williams Dávila, el dirigente de Vente Venezuela Jesús de Armas o el dirigente petareño Andrés Schloeter.
Por lo demás, la vigilia se llenó de defensores de derechos humanos, activistas, periodistas y gente común que respondieron al llamado de la oposición y acudieron a la Plaza de Los Palos Grandes para acompañar las oraciones y cantos de familiares de presos políticos. muchos años más tras las rejas.
Quienes participaron en el encendido de las velas colocadas en el suelo para que se leyera en la plaza la frase “Libertad y Paz”, que se decidió entre las 17.00 y las 19.02, se despidieron del acto tras el canto del himno. “Cuídate”, escupió al micrófono.