El gobierno de Venezuela, encabezado por el presidente Nicolás Maduro, está intensificando sus esfuerzos para evitar una devaluación del bolívar que podría alimentar la inflación antes de las próximas elecciones presidenciales, lo que llevó a la administración a inyectar alrededor de 140 millones de dólares en el mercado de divisas. semana, casi el doble que la semana anterior.
Con elecciones previstas para el 28 de julio, el gobierno pretende mantener la inflación en un dígito bajo estabilizando la moneda y recortando el gasto público. A pesar de estos esfuerzos, Maduro ha enfrentado una considerable impopularidad después de años de inflación descontrolada, incluidos períodos de hiperinflación que destruyeron los ahorros y el poder adquisitivo de los venezolanos. En esta carrera, Maduro se enfrenta a Edmundo González, un exdiplomático poco conocido que cuenta con el apoyo de la mayor parte de la oposición, tras eliminar a su principal rival.
La administración ha mostrado resistencia a permitir una mayor devaluación del bolívar, optando por vender más dólares para mantener el tipo de cambio oficial cerca de 36,5 bolívares. Esta estrategia amplió la brecha en comparación con las tarifas del mercado negro. Henkel García, director de la consultora venezolana Albus Data, dijo a Bloomberg que el tipo de cambio en el mercado negro esta semana fue hasta un 12% más débil que el tipo oficial. Según un informe de síntesis monetaria, es probable que el banco central aumente la oferta de dólares para reducir la brecha entre un 5% y un 6,5%.
La economista Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera, explicó que el Gobierno teme “un poco más de inflación al dejar bajar el tipo oficial en lugar de esa distorsión, que es peor, porque se retroalimenta”. Esta afirmación refleja la complejidad de las decisiones económicas que enfrenta el gobierno en sus esfuerzos por mantener la estabilidad financiera y controlar la inflación en un contexto electoral.