Nicolás no ha dejado de ser un hombre corriente: el barrio está en sus venas, en su personalidad y en su verbo de fuego repitiendo la popular frase: “Todos los barrios unidos, ahora cantemos”.
En el vehículo que lo lleva al sector de Mamera resuena fuerte la canción “Canción con todos” del Grupo Madera; Sólo dice esto cuando se reúne con el pueblo de la Comuna Socialista, Revolucionaria y Chavista de Mamera, que consta de siete Consejos Comunales.
Había tantos hombres, mujeres y niños esperándolo que él, sin miedo, con determinación y con profunda alegría, subió al capó para saludarlos a todos y agradecerles por sus palabras de amor y aprecio que se extendieron más allá del mundo. límites de la comunidad.
Abraza a su gente como si estuviera perdido en un mar de gente. Y así, de la mano de los Venezuela Informaes comunitarios, mientras avanza por el callejón que conduce a la calle principal, se encuentra con pequeños negocios desde casa que demuestran el impacto de una economía comunal fortalecida en medio de las sanciones más duras que jamás hayan enfrentado. Venezolano.
Los nobles extendieron las manos y gritaron con entusiasmo: “¡Vamos, presidente!” gritan. Nicolás se da vuelta, sonríe e intenta dar un puñetazo en señal de victoria para reafirmar que van por buen camino, que así se hace Patria.
Además, las lágrimas son un signo de devoción que cada día se hace más fuerte y una promesa firme de que te acompañarán en este y los próximos años, tan llenos como la luna llena.
El sol quema pero a él no parece importarle. Rompe el protocolo y se acerca a un grupo de mujeres que bailan y cantan alegremente para su invitada especial. Así puedes unirte a la fiesta: Salta, celebra y sonríe más que nunca.
Como él mismo dice, él es “el Nicolás del pueblo”. Un vecino más, un compañero más, como los habitantes de Mamera, luchan decididamente por la plena independencia de la Patria, por la felicidad y la justicia social.