En Venezuela, casi el 90% de la población vive o trabaja en zonas propensas a terremotos. ingeniero Ángelo Marinilli, profesor y asesor de la Carrera de Ingeniería Estructural de la UCAB, añadiendo que es un problema del que no podemos separarnos, sobre todo porque los terremotos no ocurren con frecuencia pero aún ocurren.
Los expertos dicen que esto representa un riesgo significativo debido a muchos factores. Dos de ellos son humanos y estructurales: el primero se refiere a la preparación y acciones humanas en el momento de un terremoto; en segundo lugar, con la capacidad de los edificios para soportar las cargas provocadas por los terremotos.
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Respecto a este último punto, Marinilli considera que las construcciones en Venezuela no se encuentran en óptimas condiciones.
“Hoy tenemos una infraestructura establecida con problemas de mantenimiento (la gente lo ve todos los días en las carreteras, en los edificios), hay una rápida proliferación de la construcción informal tanto en Caracas como en todo el país”, él advirtió.
Venezuela, estándares sísmicos y vulnerabilidad
El Médico Técnico recordó un precedente de marcar el frente y la espalda para Ingeniería estructural en Venezuela: Terremoto de Caracas en 1967. Con una magnitud de 6,7 en la escala de Richter, los movimientos de las mareas causaron devastación en la capital justo cuando cumplía 400 años.
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En ese momento, decenas de edificios (de hasta 12 pisos) se derrumbaron, las casas quedaron destruidas, murieron entre 200 y 300 personas y miles más perdieron sus hogares.
Ante esta realidad, el gobierno (junto con universidades e institutos técnicos) tuvo que sentar las bases de nuevas regulaciones para prevenir esta situación. desastre similar.
“Antes de 1967 había muy pocos sitios que establecieran algunos requisitos muy básicos para su inclusión. Diseño antisísmico. Posteriormente se amplió y se agregaron reglas más complejas basadas en la experiencia y los daños observados. Luego en 1982 se actualizó y finalmente en 2021 se convirtió en estándar de la Comisión. Comisión Venezolana de Normas Industriales (Covenin). No es un campo descuidado pero el conocimiento está aumentando a nivel nacional e internacional. Los terremotos nos enseñan cosas nuevas. Las reglas están evolucionando, aunque dentro Venezuela “Puede que no sean tan rápidos como nos gustaría, pero aún así cumplen con la tecnología moderna”.
Según Marinilli, en el país las reglas se siguen – al menos – a nivel de proyecto. Enfatizó que las unidades de ingeniería de la ciudad son responsables de verificar si se cumplen las normas locales; También están obligados a determinar si los proyectos cumplen con los requisitos arquitectónicos, estructurales, sanitarios y otros.
“Se ha establecido el marco legal y regulatorio. Y las regulaciones de construcción resistente a terremotos Tiene como objetivo obligar al cumplimiento de las normas técnicas y leyes de la república, y además establece sanciones para quienes no cumplan con ésta. Se están haciendo esfuerzos. Lo malo: siempre pasa algo que nos pilla desprevenidos. No sólo con el terremoto, sino también con lo que pasó en Vargas en 1999, etc. Debemos tener una cultura de preparación para minimizar los impactos. Eventos naturales (que no se puede predecir ni evitar) puede afectar a la población”, afirmó.
Aún así, señaló que muchas edificaciones se encuentran en estado vulnerable.
“En general, todos los edificios de una determinada antigüedad tienen un determinado nivel de vulnerabilidad. Porque, aunque fueron construidas respetando las normas de la época y los buenos métodos constructivos, la experiencia nos ha demostrado que esas normas no son suficientes. Reflejan lo que se sabía en ese momento, pero el conocimiento ha evolucionado. “No hay duda de que cualquier estructura antigua es más vulnerable que una estructura más moderna construida según las especificaciones pertinentes y bien mantenida”, afirmó.
Se debe realizar documentación y evaluación.
Los materiales de construcción también son un factor a considerar cuando se habla de la capacidad de los edificios para resistir eventos como los terremotos.
Maestror Angelo Marinilli Mencionó que, en el país, las estructuras constructivas son de importante uso, especialmente en asentamientos autoconstruidos. “Estas últimas zonas son las más vulnerables a terremotos y deslizamientos de tierra porque están construidas en pendientes pronunciadas”, comentó.
Pero los elementos utilizados en Estructura profesional También tienen sus limitaciones. Mencionó el acero y el hormigón, dos de los tipos más comunes en las grandes construcciones en todo el mundo, incluida Venezuela. Puso un ejemplo de lo ocurrido durante el terremoto en la ciudad de Northridge, California, Estados Unidos.
“Hasta mediados de los años 80, las estructuras de acero se consideraban las más seguras desde el punto de vista de la resistencia a los terremotos. Tienen una ventaja: son más ligeras que las estructuras de hormigón y mampostería. Pero el problema de los terremotos tiene que ver con la masa: ésta se acelera por el impacto del terremoto y provoca fuerzas de inercia que crean deformación. Hasta entonces se creía que este método de construcción era sacrosanto, pero en 1994 se produjo un terremoto en Northridge (California, EE.UU.). Es considerado el evento natural que mayor daño causó a nivel mundial. Y precisamente los edificios más afectados son los de acero”, puntualizó.
Añadió que el terremoto de California hace 30 años ayudó a establecer nuevos estándares. «Son documentos que establecen los requisitos mínimos para alcanzar un determinado nivel de seguridad y se aplican para evitar problemas. Es un proceso que siempre ha sido invisible, mucha gente está trabajando para actualizarlo e incluso en la UCAB hay gente trabajando en ello. Y todo el conocimiento adquirido se incorporará a las normas para hacer que los nuevos edificios sean más seguros”.
En el caso de Venezuela, los expertos hablan de la necesidad de realizar evaluaciones actualizadas de la resiliencia de las edificaciones. Afirmó que gracias a las normas para la construcción sismorresistente, específicamente la 17-56 de Pacto (2009), existen métodos y pautas para realizar estos diagnósticos y realizar “intervenciones de las estructuras existentes para llevarlas a un nivel de seguridad, al menos equivalente al de un proyecto de construcción reciente.
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