La carretera que bordea el barranco de Ruezga Norte cede cada vez que llueve. 47 casas corren riesgo de derrumbe o daño estructural debido a la inestabilidad del suelo.
Barquisimeto. La situación de los vecinos de la Calle 5 de la Ruezga Norte, en Barquisimeto, es muy grave. En 2018, los vecinos recuerdan haber pedido una limpieza profunda de la zona. Producto de las lluvias, un árbol cayó y la corriente se llevó gran parte del terreno entre el barranco y el asfalto.
Gisela Marcano, vecina de la zona, dijo que desde ese momento temieron un desbordamiento o derrumbe porque ya no había ningún factor que pudiera impedirlo, “solo quedaba agua, columnas, tuberías y terrenos expuestos”.
El lluvia el 7 de febrero de 2024 Eso fue el colmo.
Una gran parte de la superficie de la carretera se derrumbó, dejando al descubierto las tuberías de agua subterráneas. Los vecinos temen que pueda haber una fuga o contaminación del agua potable, además de los riesgos eléctricos y de salud que representa esta situación.
Según los afectados, la falta de atención de las autoridades provocó que el barranco se tragara más de la mitad de la calle.
dijo Zuly de Granado, una de las afectadas Crónica.Uno que no encuentra a nadie a quien recurrir. Desde 2018 envían llamadas de auxilio a las autoridades pero no han obtenido respuesta. Se sienten abandonados porque el gobierno ha ignorado sus quejas.
“La Agencia de Protección Civil colocó una cinta amarilla de advertencia pero no hizo nada más. Corpoelec ha retirado algunos postes eléctricos en riesgo pero nadie ha solucionado el problema central. Emica (Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación Ambiental) y Obras Públicas de la Alcaldía de Barquisimeto y la Intendencia Lara inspeccionaron la zona, tomaron fotografías y luego se retiraron. Todo queda en las visitas y las fotos”, afirma Granado.
Agregó que en una ocasión funcionarios de Emica trajeron unos vehículos inadecuados y les dijeron que no tenían la maquinaria ni los recursos adecuados para el trabajo. No pueden explicar por qué durante los últimos 6 años no han tenido el dinero para resolver el asunto.
También comentó que algunas casas reflejan la amenaza por el desnivel del terreno y muchas tienen grietas en paredes, pisos y techos. También tuvieron problemas con las aguas residuales porque algunas tuberías estaban rotas. Las familias viven en zonas con recursos limitados.
“Cuando llueve, especialmente de noche, no podemos dormir por miedo. Cada vez que escuchamos el sonido del agua de un arroyo o del suelo que cae, sentimos más miedo. Vivimos en suspenso. Hay que estar atentos, mucha gente está harta de sufrir”, lamentó.
Los vecinos solicitaron que se realice un estudio de ingeniería y se realicen reparaciones y reforzamiento de la calle, así como limpieza y dragado del arroyo. También solicitaron que se les brinde apoyo económico y social en caso de que sean desplazados temporal o permanentemente.
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