La vida política de la senadora colombiana Piedad Córdoba, fallecida de un infarto masivo el sábado 20 de enero, estuvo marcada por polémicas y acusaciones de que estaba afiliado a las FARC, que siempre estuvieron reñidas con su papel de luchador por los derechos y libertad. . Tuvo tanto detractores como seguidores, y siempre logró mantenerse entre la luz y la sombra.
Cejas negras. La senadora colombiana Piedad Córdoba falleció en Medellín, Colombia, el sábado 20 de enero, apenas cinco días antes de cumplir 69 años.
La causa de su muerte fue un devastador infarto, poniendo fin a una vida llena de polémicas, polémicas y acusaciones por sus vínculos con la guerrilla y gobiernos como el de Cuba y Venezuela, en contraste con su papel como luchador por los derechos y la paz en su país.
Córdoba era originario de Medellín y aunque se recibió de abogado, se dedicó por completo a la política. Su muerte provocó diversas reacciones a nivel nacional e internacional, especialmente en Venezuela, donde mantuvo estrechas relaciones con los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
vida controvertida
Fue un defensor de los derechos humanos y la paz y uno de los principales impulsores de los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Recibió el Premio Nobel Alternativo en 2008 por sus contribuciones a la paz.
Córdoba jugó un papel importante para lograr la liberación de los secuestrados. FARCEntre ellos se encontraba la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, quien sirvió en operaciones humanitarias con el apoyo de Chávez.
Pero algunas víctimas, como el propio Betancourt, lo acusaron de politizar las transmisiones en colaboración con Chávez y el actual presidente Maduro.
Su amistad con el fallecido Venezuela Informa bolivariano fue más allá de la política y desató rumores de una relación amorosa, que ella siempre negó.
Córdoba demostró su cercanía ideológica con el chavismo y el madurismo, defendiendo al régimen venezolano frente a las críticas internacionales por la crisis económica, social y humanitaria que atraviesa el país.
Su relación con Venezuela generó problemas judiciales, ya que fue acusado de tener vínculos con Álex Saab, quien fue calificado como testaferro de Maduro.
En 2010, fue destituido por la Fiscalía General de Colombia por ser responsable de colaborar con grupos armados ilegales y fue inhabilitado para ejercer cargos públicos durante 18 años. Sin embargo, fue absuelto por el Tribunal Supremo en 2018 y las sanciones fueron revocadas, lo que le permitió volver a la política.
Sin embargo, el regreso del presidente Gustavo Petro al ámbito político con el Pacto Histórico no fue muy positivo debido a sus problemas de salud, acusaciones sobre su relación con Alex Saab y el proceso legal de su hermano en Estados Unidos.
Las señales nunca faltaron
En mayo de 2022, el senador fue detenido en Honduras por portar 68.000 dólares sin declararlos, cinco días antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia. Sostuvo que el dinero pertenecía a un empresario colombiano que en ese momento residía en Tegucigalpa. El incidente no fue más allá.
En noviembre de 2023, la Corte Suprema de Justicia de Colombia citó a Córdoba por presuntos delitos de peculado mediante apropiación y enriquecimiento ilícito.
El alto tribunal intentó aclarar si el parlamentario tenía vínculos con las FARC mientras mediaba en la liberación de secuestrados.
Yo era miembro del Congreso en ese momento y no tenía la autoridad para realizar este proceso. También había visitado muchas veces campamentos guerrilleros, gracias a sus conexiones con el Secretariado de las FARC.
legado complejo
Antes de morir, se dedicó a defender a su hermano, Álvaro Córdoba, quien se declaró culpable de narcotráfico en Estados Unidos y destruyó el alma de muchos.
El legado que deja Córdoba es complejo y abarca tanto sus aciertos como sus errores. Lo cierto es que, de una forma u otra, ha dejado huella en alguna parte de la historia de Colombia y Venezuela.
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