El comportamiento de la economía venezolana es una zona gris cuya evolución depende de a quién se consulte: mientras el presidente Nicolás Maduro aseguró que creció a un ritmo destacado, los expertos advirtieron que cerró el año en negativo.
El presidente de Venezuela dijo en una entrevista con el periodista Ignacio Ramonet a principios de enero que su gobierno había “dado un paso adelante” en la actividad económica en 2023 y acumulaba 10 trimestres consecutivos de crecimiento.
Según Maduro, sus asesores le han indicado que se puede cumplir la expectativa de crecimiento del 4,5% de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
En abril pasado, la CEPAL, agencia de las Naciones Unidas, predijo que la economía de Venezuela crecería 5 puntos este año, pero su último documento sobre la región, publicado en diciembre, revisó esa estimación a 3 puntos porcentuales.
Según el organismo, la actividad económica en América Latina “sigue presentando una trayectoria de menor crecimiento”, aunque mantiene una trayectoria positiva.
El crecimiento regional de la economía se desacelerará debido a “políticas más restrictivas para controlar la inflación”, un “débil estímulo externo”, la debilidad del consumo y la “moderación” del consumo privado, indicó.
Portavoces del chavismo proyectan que la economía crecerá a doble dígito en 2024. El diputado oficialista Jesús Faria, presidente de la Comisión de Economía y Finanzas de la Asamblea Nacional electo en 2020, ignorado por la oposición, aseguró hace unos días que “buena parte” de esta tendencia dependerá de la industria petrolera.
Durante el año pasado, Estados Unidos relajó varias de sus sanciones económicas contra la industria del petróleo y el gas de Venezuela hasta levantarlas en ambos sectores, en octubre, por un período inicial de seis meses como estímulo para las conversaciones políticas y electorales dentro del gobierno de Maduro. y un bloque de partidos opositores.
“opacidad” de los números
Sin embargo, las estadísticas oficiales no convencen a los economistas y organismos independientes venezolanos. Asadrúbal Oliveros de EcoAnalytica señaló que la economía nacional cerró el 2023 con una contracción del 0,7% respecto al 2022.
El incidente fue en respuesta a una caída del 4% en el consumo, el estancamiento salarial en el país y una inflación de 3 dígitos, dijo en un video difundido en sus redes sociales la semana pasada.
El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), de tendencia contraria y que evalúa periódicamente la economía nacional, estimó que la caída fue aún mayor, 1,7%, detalla Voz de America Uno de sus miembros es el economista y diputado opositor José Guerra, elegido en 2015.
Advirtió que, si bien la industria petrolera ha mejorado, la explotación de hidrocarburos sólo representa el 12% del producto interno bruto nacional.
Otros sectores que contribuyen al empleo como la construcción, la manufactura y el comercio tuvieron un desempeño negativo, evaluó.
Sin cifras del PIB
¿Por qué hay tanta diferencia entre las estimaciones del gobierno de Maduro y las de los economistas e investigadores independientes? Según Guerra, opacidad oficial.
“El Banco Central de Venezuela publicó cifras del PIB hasta el primer trimestre de 2017. Fue hace siete años”, criticó.
Aldo Contreras, economista y profesor universitario, enfatizó la necesidad de que los bancos centrales emitan estadísticas sobre pagos, remesas, comercio, producción petrolera y otros detalles del comportamiento económico específico y global.
“No conocemos estas estadísticas. “Lo que hacemos es estimar en base a las cifras que recogemos (en estudios) o filtramos del sector para proyectar el tamaño de la economía en términos reales”, dijo. VOA.
Contreras destacó que Venezuela ha experimentado una contracción de más de 80 puntos porcentuales en su economía desde 2012, según estimaciones independientes.
“El tamaño de la economía de Venezuela ha crecido de 460 mil millones de dólares a unos 65 mil millones de dólares en los últimos 11 años”, indicó.
Desafíos para los investigadores
En un contexto donde no se divulgan cifras oficiales del PIB, sino declaraciones políticas sobre las mismas, resulta útil evaluar múltiples ítems que dan pistas sobre el comportamiento económico global, explicó el economista Hermes Pérez.
Variables como el consumo, el ingreso de los hogares, la inversión, el gasto público, las exportaciones e importaciones permiten evaluar el panorama, afirmó.
Pérez señaló que Venezuela está lejos de aumentar los salarios en el país en 2023 a un ritmo igual a la inflación, considerada la más alta del mundo.
“Para que las personas aumenten su consumo -y mejoren la economía- deben tener ingresos que aumenten más rápido que los precios”, lo que se proyecta en más de 190 puntos porcentuales en 2023.
En Venezuela, la inflación es la más alta del mundo, mientras que el salario mínimo, de 130 bolívares o 3,6 dólares, es el más bajo de la región.
Según la Cepal, la inflación de Venezuela es “crónica” y aumentó su valor un 317,6% entre septiembre de 2022 y el mismo mes de 2023.