No me refiero sólo a las reservas de petróleo que se encuentran bajo tierra, mientras la industria del petróleo y el gas del país continúa decayendo. Tampoco me refiero sólo a las reservas económicas del Banco Central, que han sido saqueadas por quienes están en el poder.
Me refiero a las reservas que tiene el país en la medida en que los recursos naturales o la infraestructura se mantengan operativos. Y de manera muy especial me refiero a su reserva principal…
La reserva de los venezolanos de buena voluntad, estén dentro o fuera de Venezuela. Esta es una gran área de conservación nacional.
Las reservas, si se activan y explotan adecuadamente, pueden reconstruir la patria en todos los aspectos y aprovechar el potencial de todas las demás reservas, empujando a la nación por un camino prometedor.
Destruir las reservas nacionales es el objetivo explícito de la hegemonía totalitaria. El éxodo masivo lo confirmó, además del desastre interno en muchos aspectos diferentes. Detener este siniestro proceso es esencial. Así como superarlo por las vías de la Constitución.
Las reservas de Venezuela, y sobre todo sus reservas nacionales, son una fuente de esperanza y hay muchas razones para luchar por un cambio democrático.
Por: Fernando Luis Egaña