Venezuela Informa
En Venezuela, país que considera el béisbol su deporte nacional, un grupo de atletas discapacitados han demostrado que nada puede detener su pasión por el deporte, así como su perseverancia y sueños, superando todos los límites.
A través de VOA
A los 18 años, Anderson CalderónActualmente tiene 29 años y perdió accidentalmente su brazo mientras operaba una picadora industrial en la carnicería donde trabajaba.
Su miedo en ese momento era no poder jugar más béisbol, deporte nacional en Venezuela y pasión que lo acompañaba desde pequeño.
Calderón perdió su brazo derecho, donde tenía mayor potencial.
“Me amputaron unas tres horas y lo primero que pensé fue que nunca volvería a jugar al fútbol”. dijo a Voz de América desde un campo de softbol en Caracas. “Lloré. (El béisbol) es algo que siempre me ha gustado”. añadió.
Entonces tuvo la paciencia para intentar superarlo. “momento amargo”.
“Le dije a mi familia que me compre una libreta, quiero aprender a escribir mi nombre porque quiero seguir con mi vida” extrañar. Sí.
Calderón no sólo volvió a aprender a escribir con la otra mano, sino que tres meses después se incorporó “Ladrones mancos”Un equipo de softbol de atletas discapacitados de Venezuela ha ganado nueve campeonatos mundiales.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, se estima que 1.300 millones de personas en el mundo (una de cada seis) padecen una discapacidad grave. En Venezuela no hay cifras recientes.
Según el último censo de 2011, 1.454.845 personas -el 5,38% de la población- declararon tener algún tipo de discapacidad.
El accidente de Calderón, que hoy se gana la vida como repartidor, se produjo un año después de aquel récord.
“El límite está en la mente”
Aníbal Martínez54 años, perdió 4 dedos de su mano izquierda mientras trabajaba con madera hace 18 años.
“La madera que sostenía en mi mano se rompió y la hoja me atrapó y me amputó los dedos”.hablar.
“Pensé que nunca volvería a competir.”, dijo sobre el béisbol, que jugó desde muy joven.
“Fui a ver a una psicóloga, ella me ayudó mucho”, extrañar. El incidente le causó un “trauma” en los primeros años. “Pensé en todo lo negativo, dije ‘nadie querría un amigo estúpido’ y estuve mucho tiempo vendado.”.
Pero se recuperó y empezó de nuevo, no en el béisbol sino en el softbol.
“’Los Bandidos’ era otra cosa, vi a esta gente completamente faltando una mano, un brazo y a mí me faltaban cuatro dedos. Dije ‘No tengo nada frente a estos muchachos, sigamos adelante con estos muchachos’ y juguemos softbol”., hablar.
“Cuando el deseo es más fuerte que el límite, no hay límite. El límite está en la mente, hay que seguir adelante.“, Dijo pocos minutos antes del inicio de un partido donde los oponentes eran ilimitados.
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