En la Venezuela del dinamismo tiene un gran arquitecto y máximo exponente, que adorna calles y espacios en distintos rincones de nuestra geografía con un universo impenetrable de imágenes, formas, colores y líneas: Jesús Soto.
El 5 de junio es el centenario de su nacimiento. Originario de Ciudad Bolívar, mostró amor por la pintura desde muy joven, aunque sus obras no fueron tan celebradas en ese momento. Y el pequeño soto pintaba en las paredes, pisos o cualquier superficie que se pudiera encontrar en las muchas casas improvisadas en las que vivía con sus padres y esa afición lo llevaba a constantes enfrentamientos con sus madres propietarias.
Así creció pintando y pasó a las hojas y cuadernos donde reproducía imágenes encontradas en revistas y libros. Posteriormente, a los 16 años pintó carteles para las marquesinas de cine de su ciudad natal, y a los 19 recibió una beca y se fue a Caracas a estudiar Bellas Artes e Historia del Arte en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas, donde fue alumno de Antonio Edmundo. Monsanto. y donde conoció a Carlos Cruz-Diez, Alejandro Otero y Pascal Navarro.
Como todos los jóvenes artistas de la época, Soto viajó a la meca del arte: París. Allí siguió tocando la guitarra durante más de una década, mientras trabajaba en su obra.
Se unió a Los Disentes, un grupo de artistas venezolanos que rechazaban las formas tradicionales de arte. Persiguiendo la necesidad de que el arte visual dejara de ser figurativo y efímero y de atrapar a las personas en el tiempo, Soto combinó su pasión por el universo y sus orígenes con la música y el arte abstracto para resolver los problemas que hoy conocemos como arte cinético.
Lo hizo con una combinación de colores matemática y onírica que busca desafiar el ojo y sus poderes perceptivos.
Murió en 2005, en Francia, su obra recorre muchos lugares de nuestra ciudad y forma parte de la iconografía nacional. Se exhibe regularmente en galerías de arte como MOMA en Manhattan, Guggenheim en Nueva York y Georges Pompidou en París.
El museo será remodelado.
En el marco del centenario del natalicio del maestro Soto, se intervendrá la infraestructura del museo que lleva su nombre en su ciudad natal. Para ello, un equipo formado por curadores, expertos y arquitectos realizará valoraciones, diagnósticos y recomendaciones para frenar el lapso de tiempo en la construcción del interior y exterior del recinto en una primera fase.
La segunda fase recorrerá espacios específicos de esta joya arquitectónica que dejó como legado Carlos Raúl Villanueva, para modernizarlo y convertirlo en un recinto adaptado a los nuevos tiempos. La secretaria de cultura de Bolívar, Naptali Hurtado, indicó que ya se avanzó en la climatización del espacio, con la instalación de aire acondicionado, que permitió habilitar varias salas de exposiciones, una biblioteca y espacios de oficinas.