El 15 de marzo de 2022 fue la fecha en la que la administración de Nicolás Maduro ajustó por última vez el salario mínimo en Venezuela. Desde entonces ya Han pasado 20 meses sin que se revise este indicador clave Para los trabajadores venezolanos, especialmente los empleados en oficinas y empresas públicas.
El monto actual del salario mínimo es de 130 bolívares. Cuando se fijó en 2022 rondaba los 30 dólares al tipo de cambio oficial publicado por el Banco Central de Venezuela (BCV), pero ahora representa mucho menos.
El salario mínimo actual en Venezuela es de sólo $3,67, Si se calcula al tipo de cambio oficial del BCV, que fue de 35,43 bolívares por dólar para este viernes 17 de noviembre.
La cantidad de bolívares fijada como salario mínimo en Venezuela es tan baja que incluso los bonos pagados en el sistema Patria ya superan esos 130 bolívares. Por ejemplo, el Bono “Esequibo Nosotros” La distribución comenzó esta semana a 160 bolívares, equivalente a 4,52 dólares al cambio oficial.
Continuas protestas
El actual ajuste del salario mínimo es, no en vano, uno de los factores más recurrentes Los trabajadores del gobierno protestan Y esas protestas están encabezadas por jubilados y pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
Las mejoras salariales fueron el motivo central de 6 de cada 10 protestas de los trabajadores venezolanos en octubre pasado, según un recuento de conflictos laborales y gestión sindical realizado por el Instituto de Altos Estudios Sindicales (INASIN).
“Queremos salarios y pensiones decentes, Queremos bonos no distribuidos que satisfagan una verdadera feliz Navidad (…) Seguimos en las calles porque a los trabajadores nunca les han pagado nada”, dijo Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermería de Caracas y miembro del Partido Nacional de los Trabajadores. , luego de portar una pancarta en La Candelaria de Caracas Comité de Conflictos en la lucha.
Los trabajadores y pensionados no son los únicos que critican el incumplimiento del salario mínimo en Venezuela. Organizaciones de derechos humanos como el Programa Educación Acción en Derechos Humanos de Venezuela (PROVIA) y otros centros académicos también alzaron su voz para exigir un aumento salarial.
“En una economía con inflación baja o moderada y una moneda fuerte, tal vez la necesidad de revisar las nóminas con frecuencia no sea urgente. Pero en una economía donde La tasa de variación anual del IPC (Índice de Precios al Consumo) a septiembre fue del 317,6%. Y donde la moneda se deprecia intermitentemente, la política de congelación de salarios se vuelve brutal”, afirmó la Academia Nacional de Ciencias Económicas en un comunicado público.
Sin embargo, la exigencia de los trabajadores no es sólo un ajuste del salario mínimo, sino también un aumento general en las diversas escalas laborales de ministerios, instituciones gubernamentales y universidades públicas.