Este jueves el Defensor del Pueblo, Alfredo Ruiz, se refirió a las medidas coercitivas como un arma que vulnera los derechos de todo un país.
“Estamos en guerra y vemos cómo se ignoran todos los acuerdos internacionales. Estos arreglos fueron diseñados para el mayor daño posible, el mayor dolor, el mayor sufrimiento, donde no debe haber guerra, al contrario, debemos resolver nuestras disputas a través del diálogo, el diálogo nunca debe terminar, la posibilidad siempre está ahí. Resolución de conflictos a través del diálogo
Agregó que “una de las cosas que nos sorprendió al inicio de la implementación de estas medidas fue que en el caso de algunos niños que estaban esperando un trasplante, ya estaba todo listo para la operación en el hospital, pero no pudieron someterse a la cirugía. Debido a la prohibición”.
De igual forma, dijo que debido al embargo contra el país hubo un momento en que no llegaban medicinas ni alimentos, se desarrolló la estrategia “donde más duele, a las familias, a los niños y adolescentes, porque sin alimentos no hay salud, y ser menos educado. puede”.
Asevera que con estas medidas se ha fomentado la trata de personas y la migración forzada, mientras algunos prometen a los venezolanos un paraíso que no llega para todos.
Estas declaraciones las hizo la defensora en el marco de la presentación del libro de la activista de derechos humanos y periodista Anahi Arizmendi, titulado Niños asediados, realizada en el Museo Boliviano.
influencia criminal
Así describe Arizmendi las consecuencias de las medidas coercitivas impuestas a Venezuela por Washington y sus aliados. “Las medidas son una amenaza para la implementación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño” ya que afectan los derechos a la salud, educación, alimentación, vivienda, etc.
Destacó que Estados Unidos era el único país que no había firmado la citada convención.