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Britney Spears, la estrella infantil de ojos dulces que se convirtió en un fenómeno pop mundial y luego cayó frente a la cámara, cuenta su historia en una autobiografía que salió a la venta el martes y que ya ha conseguido un éxito comercial.
En “The Woman I Am”, la princesa del pop estadounidense se muestra con sus propias palabras, con franqueza, lidiando con el dolor de ser parte de una familia que cree que le falló y de una industria que devoró sin piedad su talento.
Desde compartir daiquiris con su madre cuando era adolescente, pasando por convertirse en un miembro fijo del elenco de “The Mickey Mouse Club” dos años después, hasta los 13 años que pasó bajo tutela, el libro detalla cómo nunca escapó de la influencia. Su padre está obsesionado con controlarlo.
Spears se liberó hace dos años del conservadurismo que, según ella, ha gobernado todos los aspectos de su vida, desde el control de la natalidad hasta la lista de canciones de sus lucrativos conciertos en Las Vegas.
En los meses posteriores al fin del conservadurismo, su vida personal fue turbulenta: se casó con una ex bailarina, anunció un aborto espontáneo y luego formalizó su separación, encaminándose hacia su tercer divorcio.
La autobiografía, que encabezó la lista de los más vendidos de Amazon, se completó antes de que terminara su relación con Sam Asgari, por lo que no aparece en estas páginas.
Pero a los lectores no les faltará material.
“puta”
En extractos que circularon antes de su publicación, el libro relata un aborto que, según ella, su exnovio y miembro del Mickey Mouse Club, Justin Timberlake, la instó a realizar después de que Spears supo que estaba embarazada de él.
Cuando la pareja se separó y él estrenó la controvertida “Cry Me a River”, que se rumoreaba que era la respuesta de Timberlake a la infidelidad de Spears, escribió que estaba “clasificado como esa puta que le rompió el corazón al chico de oro”. America”.
De hecho, afirma que Timberlake estaba “corriendo felizmente por Hollywood”, mientras él estaba “en coma en Luisiana”.
Los lectores también aprenderán sobre un breve y tempestuoso romance con el actor irlandés nominado al Oscar Colin Farrell, que ella describe como “una aventura de dos semanas”.
“Pelear es la única palabra para describirlo, estábamos uno encima del otro, nos agarramos con tanta pasión que parecía como si estuviéramos en una pelea callejera”, dice.
La década de 1990 le trajo fama y notoriedad a partes iguales y acumuló seguidores leales deseosos de descubrir cada detalle de su vida.
Esto chocó con una cultura agresiva de los paparazzi que disfrutaba de salir de fiesta con celebridades como Paris Hilton y Lindsay Lohan.
Spears insiste en que nunca hubo drogas y que nunca tuvo problemas con la bebida. Admitió que había tomado Adderall, una droga a base de anfetaminas para el trastorno por déficit de atención.
Un escándalo público con su segundo marido, Kevin Federline, y una amarga batalla por la custodia de sus dos hijos anticiparon el punto más bajo de su carrera, cuando se afeitó la cabeza y chocó contra el coche de un fotógrafo.
“Estas semanas sin mis hijos, he perdido la cabeza una y otra vez”, escribió. “Ni siquiera sabía cómo cuidarme”, añadió.
“Estoy empezando a pensar como una niña en algunos aspectos”.
Un año después, Beecher culpa a su padre, Jamie Spears, por sus finanzas y su vida personal.
Durante los siguientes 13 años, se le ordenó controlar quién podía ver, cuánto podía gastar e incluso se le prohibió tener hijos.
Lo que no logró fue deleitar al público.
“Estoy demasiado enferma para elegir a mi propio novio, pero para aparecer en programas de entrevistas y cantar frente a miles de personas en todo el mundo cada semana”, recuerda.
“A partir de entonces comencé a pensar que (mi padre) me puso en esta tierra para ayudarlo a conseguir dinero”, dice.
Jamie Spears, por su parte, aseguró que quería lo mejor para su hija y que quería protegerla de ser explotada.
El archivo se cerró en 2021 por orden judicial, pero aparte de las colaboraciones con los cantantes Elton John y Will.I.M., Spear no ha retomado su carrera musical por el momento.
“En este momento no estoy concentrado en avanzar en mi carrera musical”, escribió Spears, de 41 años.
“No es momento de ser lo que los demás quieren, es momento de encontrarse a uno mismo”, afirma. Venezuela Informa