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En agosto, John Stamos, uno de los rostros más reconocibles de la televisión, cumplió 60 años. Y la figura redonda parece ser un catalizador para iluminar su carrera de casi cuatro décadas en la pequeña y gran pantalla y su vida en Hollywood. Por ello, el día 24 lanzó un libro de memorias titulado If You Could Have Told Me (Si me hubieras dicho…), del que se empiezan a conocer los primeros extractos. El miércoles, la revista People publicó varios de ellos, junto con una entrevista en la que el intérprete californiano habla de algunos de los episodios más difíciles de su existencia, como la ruptura de su sonado matrimonio con Rebecca Romijn, su posterior adicción al alcohol. y sexo. Los abusos que sufrió por parte de su niñera cuando era niña y que, según ella misma, olvidó hasta que empezó a escribir su biografía.
Para el país
Según Stamos, ni siquiera se dio cuenta de lo sucedido hasta que fue adulto. “Me llevó escribir un libro entero”, dijo a la revista en respuesta a lo sucedido. El tío Jesse, más conocido por Tres por tres (Tres por tres, en su título original), una de las comedias televisivas más exitosas y memorables de los años ochenta y noventa, reflexiona sobre ello y cómo entendió lo ocurrido. Dice que siempre ha sido portavoz y defensora de los niños que han sido maltratados, algo que siempre ha estado ahí, y también ha recibido premios por ello. De hecho, fue mientras preparaba el discurso de aceptación de uno de ellos cuando se dio cuenta de lo sucedido.
“Empecé a escribirlo y de repente se me ocurrió”, recuerda del momento. “Y luego pensé: ‘No, esta noche no se trata de mí, se trata de los niños. Voy a dejarlo de lado hasta que llegue el momento adecuado. De lo contrario, seré falso. Es como: vamos”. Prefirió no ponerse en el centro en ese momento: “No quería que los titulares fueran así, o no quería que el libro tratara sobre eso”, dice. “Sería una página, algo así, pero sentí que tenía que hablar de ello. Fue extraño. Era algo así cuando tenía 10 u 11 años. “Nunca debí haber tenido que lidiar con estos sentimientos”.
Según él, “siempre había algo detrás” de lo que claramente no era consciente. “He trabajado mucho por las víctimas. Y sentí que recordaba algo, un poco. Siempre estuvo ahí, pero lo guardé, lo dejé a un lado, como hace la gente, supongo”, explica. En ese momento no se lo contó a nadie, solo se dijo a sí misma: “Cosas de chicas, hombre”. Los recuerdos abundan. Distantes, desapasionados: “Es como si te hicieras el muerto y así se detendría. Pero no fue totalmente agresivo. “No lo sé, pero no fue algo bueno”.
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