Al igual que otros militares que participaron en el levantamiento de Cotiza en enero de 2019, el sargento Alberto Piñango Salas fue torturado por agentes de la Dirección de Contrainteligencia del Ejército durante su detención. Sus familiares dijeron que necesitaba un cinturón lumbosacro y un colchón ortopédico para evitar el dolor que le provoca una fractura de columna, pero no pudieron comprarlos por falta de recursos.
Familiares del sargento de la Guardia Nacional Alberto Piñango Salas, uno de los militares que participó en el levantamiento de Cotiza de 2019, solicitaron su liberación por motivos de salud, debido a los dolores y fracturas de huesos que sufría continuamente debido a las torturas. sometido.
Ysaura Salas, madre del sargento, expresó preocupación de que pueda empeorar debido a las condiciones de detención en el Centro Nacional de Persecuciones Militares (Cenapromil) Los Teques, mejor conocido como penal de Ramo Verde. «Incluso les pedimos que lo soltaran porque estaba enfermo. “Ya no podrá trabajar normalmente debido a las palizas”.
El 25 de agosto, Piñango Salas inició una huelga de hambre Requirió atención médica inmediata debido a fuertes dolores de cabeza y dolor lumbar. Luego de que la noticia se difundiera en las redes sociales, el tribunal firmó y envió la orden de traslado, la cual se concretó alrededor de las 4 de la tarde de ese día. En el hospital militar “Vicente Salias” le diagnosticaron una fractura del cuarto disco de la columna.
Además de iniciar rehabilitación física y tomar relajantes musculares y antiinflamatorios, también se recomendó al sargento que usara un cinturón sacro, que sus familiares no podían permitirse por falta de recursos.
«Mi hijo está recibiendo tratamiento completo pero necesita un colchón ortopédico porque tiene que dormir en el suelo. El dolor de espalda le impedía caminar o dormir bien. También requiere un cinturón lumbosacro. “No tenemos los medios para comprarlos”, comentó Pertenece aCual Madre de preso político.
Al igual que otros militares que participaron en el levantamiento de Cotiza, Piñango Salas fue torturado por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) durante su detención. Ninguna de las denuncias fue reconocida por el juez del caso ni por los fiscales del Departamento. Fue condenado el pasado mes de junio junto a otros 22 sargentos a siete años y nueve meses de prisión; mientras que el sargento Luis Bandres, quien fue identificado como Venezuela Informa del levantamiento, fue sentenciado a 15 años y nueve meses.
En diciembre de 2020, el sargento Piñango fue sacado de la cárcel de Ramo Verde y ha desaparecido en unos dias. Posteriormente se supo que había sido trasladado a la sede de la Dgcim en Boleíta, donde fue víctima de una nueva forma de tortura, incluyendo repetidos golpes.
Un amigo cercano, que prefirió permanecer en el anonimato, explicó que luego de ser torturado comenzó a enfermarse. En 2022 se produjo su primer traslado médico, donde le diagnosticaron fractura de clavícula, así como de los dedos índice y pulgar.
Los padres del sargento Alberto Piñango viven en su estado natal de Zulia. Sufrían muchas enfermedades y no tenían suficiente dinero para visitar regularmente a su hijo en la prisión de Ramo Verde. Además, también tienen que cuidar de sus nietos de 5 y 10 años.
«Cuando lo sentenciaron le quitaron el dinero que recibió. Hay que pedir cooperación para poder ayudarlo y asegurar que reciba el tratamiento adecuado”, comentó Salas.
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