El criminólogo Luis Izquiel sostiene que el “inframundo” está institucionalizado desde hace mucho tiempo en el país, resultado de la impunidad, la complicidad, el silencio y la destrucción del sistema penitenciario. Respecto al Tren Aragua, dijo que “aún no está muerto. “Él todavía está vivo y coleando”
Jolguer Rodríguez Costa | Tiempo
Tras la intervención de Tocorón, quedó pendiente el paradero de Héctor “Niño Guerrero”, recluso de ese penal y jefe de la importante banda Tren de Aragua que opera en varios países de América Latina. Tiempo Habló con el criminólogo Luis Izquiel para conocer su opinión sobre el actuar de las autoridades de este penal de Aragua, quien aseguró que la pandilla está “viva y bien”, mientras que la impunidad, la complicidad y el silencio han destruido el sistema penitenciario del país.
Izquierda afirma que los prófugos de la justicia emigraron en busca de mejores mercados criminales; “Es por razones económicas”.
—Después de la intervención en el penal de Tocorón, ¿se descarriló el tren de Aragua?
—Ese barco es uno de los pocos terminados en Venezuela en los últimos años, pero no se utiliza para transportar personas sino para delinquir. Todavía está lejos de descarrilarse.
—¿Guerrero Flores, el mayor colaborador de Héctor Rusthenford, alias “niño guerrero”, dentro de la prisión?
—Su mano derecha es un delincuente conocido como “Gocho Ever”. Pero tras la operación, el director, el subdirector de la prisión y al menos cinco guardias fueron detenidos. Entonces tenía algunos aliados dentro.
—¿Y fuera de él?
—Muchos funcionarios son corruptos, ciertamente en los niveles medios y altos del Estado. Aún no han sido investigados.
—¿Esta actividad fue un montaje?
—El “Niño Guerrero” escapó cuando las fuerzas de seguridad llegaron a Tocorón. No creo que fuera una trampa, pero alguien les advirtió que escaparan primero.
—Según el gobierno venezolano, este pran se encuentra en Perú. ¿Quién es el cómplice de esta fuga carcelaria?
—Por el momento se desconoce la ubicación del alias “niño guerrero”. Es posible que todavía esté en Venezuela o que haya huido a Perú, Colombia u otro país latinoamericano. Veremos quién se lleva ese “regalito”.
—¿Qué factores influyeron en la formación de esta red criminal?
—Impunidad, complicidad, silencio de muchos, destrucción del sistema penitenciario, etc.
*Leer más: Tocorón: El gobierno siempre habla con el “Niño Guerrero”
Exportación subterránea
—¿Cómo pudo esta banda penetrar tan fácilmente en siete países latinoamericanos y en Nueva York?
—Muchos integrantes del Tren de Aragua migraron en busca de mejores mercados criminales, es decir, por razones económicas.
—Según la Fiscalía, la delincuencia ha disminuido un 63%. ¿Es esto una consecuencia del éxodo del hampa venezolano?
—No creo que haya disminuido en esa proporción. Pero la migración será un factor, especialmente porque la última ola de inmigrantes está compuesta principalmente por hombres jóvenes de zonas populares. En este grupo se concentra la mayoría de víctimas y perpetradores de delitos violentos.
—¿Compartirá el “niño guerrero” los 3 millones de dólares al año que generan sus “negocios” de extorsión, sicariato y robo?
—Solo cobrando la “causa”, un impuesto penal que cobraba a los presos en Tocorón, ganaba casi dos millones de dólares al año. Entonces sus ingresos totales superan los tres millones de dólares.
—¿Existen otras organizaciones como Tren de Aragua en el país y Latinoamérica?
—En Venezuela hoy probablemente hay unas 25 o 30 megabandas. El Aragua era el barco más grande, pero había muchos otros, como el Llano. Toda la red ferroviaria criminal.
—¿En El Salvador realmente la delincuencia no paga?
—Desde que llegó el presidente Nayib Bukele los delincuentes le han hecho justicia. Este es el caso más impresionante de reducción del crimen que he visto en todo el mundo. El Salvador registró una tasa de 100 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Hoy en día, esta cifra es de casi siete por cada 100.000 personas. No estoy de acuerdo con todos los métodos que usa Bukele pero realmente funcionan.
—Ante todo esto, ¿se institucionalizará el hampa en Venezuela?
—Esto ha estado ocurriendo durante mucho tiempo.
—¿En qué se diferenciaba la delincuencia en la época democrática respecto a la actual?
—En una democracia, quien lo haga tiene que pagar por ello. La probabilidad de impunidad, al menos en los casos de asesinato, era muy baja en comparación con la actualidad. La PTJ (Policía Técnica Judicial – ahora Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas) es considerada una de las mejores policías de investigación de la región y quizás del mundo. Ahora reina la impunidad.
—¿Qué debe hacer el Estado venezolano para destruir estas organizaciones criminales?
—Dejemos que cada agencia haga su trabajo. Que la policía y la fiscalía investiguen, que los tribunales condenen a los culpables y que las cárceles dejen de ser escuelas de delincuentes.
—¿Revivirá el Aragua?
—Él no está muerto todavía. Él todavía está vivo y coleando.
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