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Con un palo de madera, la mujer lo golpeó repetidamente hasta dejarle hematomas por todo el cuerpo. Esta escena no es una escena de tortura que ocurrió en una prisión, sino una escena de una abuela castigando a su nieta de 11 años por arruinar la cinta.
Por María Valentina Costero / talcualdigital.com
En otra casa, los vecinos ayudaron a una niña de 8 años que se quemó con una cuchara caliente en la boca y parte de la cara porque sacó comida de la cocina. Su madre la está “castigando”. Estas son sólo dos de las 15 denuncias de abuso infantil registradas en todo el país en mayo.
Durante 36 días, del 1 de mayo al 5 de junio de 2023, talcual dar seguimiento a las denuncias sobre delitos contra niños, niñas y adolescentes publicadas en redes sociales del Equipo de Investigación Científica, Penal y Penal (Cicpc) y Douglas Rico, su director. Se han identificado un total de 26 casos registrados. Otros sólo se mencionan en reseñas generales.
El principal delito imputado es el de trato cruel o abusivo. A esto le siguieron los abusos sexuales, de los que se registraron cuatro casos, y el asesinato, del que se presentaron tres denuncias. Las publicaciones también reportaron un intento de asesinato, un caso de acoso y dos secuestros.
Fueron arrestados por estos ataques. 42 personas, de las cuales 20 eran del familiar directo del niño o joven.
Las víctimas del asesinato fueron un niño de 6 años que fue asesinado por su padrastro, un niño de 7 años que fue abusado y asesinado por un hombre ajeno a la familia, y un niño de 13 años que fue asesinado en su manos. de un chico de 18 años que la citó a una reunión.
En esta muestra, solo refleja casos en los que el agresor fue arrestado, los “tratos crueles” se repitieron continuamente e incluso niños resultaron gravemente heridos o incluso murieron debido al abuso.
El educador y fundador de la organización de protección de la infancia y la juventud Cecodap, Fernando Pereira, explica que los casos de abuso denunciados ante las autoridades suelen ser “los más graves, los más graves, con consecuencias físicas”.
“Otros (casos) siguen ocurriendo en la casa y si no se pasa del límite no se denuncia, siguen ahí en un ciclo”, enfatizó la educadora que sólo se conoce la “punta del iceberg”. Hay situaciones más violentas a continuación.
Angeyeimar Gil, trabajadora social y defensora de la Red de Derechos Humanos de la Niñez y la Juventud (Redhnna), asevera que lo que se transmite a los medios “muchas veces es un porcentaje mínimo de lo que realmente sucede en las familias venezolanas”.
Una cultura de legalización
La tasa de abuso infantil en la sociedad venezolana sigue sin respuesta por alguna razón. Según Angeyeimar Gil, las culturas centradas en el adulto, en las que se considera que los adultos son superiores a los adolescentes, hacen que quienes cuidan de niños y adolescentes se sientan con poder sobre ellos. “Esto les da la capacidad de actuar del modo que consideren oportuno para corregir, sancionar y exigir cambios de comportamiento”, explica.
El educador Fernando Pereira señala que en Venezuela existe una “permisividad” cultural hacia el castigo corporal, combinada con algunas ideas religiosas de base cristiana “como corregir a los niños con la vara”, lo que lleva a que los niños sean considerados “objetos” de su padres.
También enfatizó que en el país persiste la idea de que hay “violencia buena o necesaria”. «Cuando vamos a la comunidad o al centro educativo, la gente menciona la falta de medidas correctivas estrictas y vincula la ausencia de castigos corporales con lo ‘malos’ que son los chicos hoy en día. La razón es porque a los muchachos no se les ha castigado lo suficiente”, comentó.
Sin embargo, según la Ley de Organizaciones de Protección de Niños y Jóvenes (Lopnna), el castigo no equivale a abuso infantil. Lopnna prohíbe cualquier castigo corporal o humillante destinado a corregir una conducta en el artículo 32-A, pero no los califica como conducta punible.
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