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Ganar el trofeo más alto del mundo del fútbol es un hito que sólo un puñado de jugadores pueden alcanzar. Obtener ese título no sólo significa entrar en la historia del deporte. Pero también están conectados a ese deporte por el resto de sus vidas. Aunque no siempre está estrictamente relacionado con la profesión correspondiente.
Por Infobae
Este es el caso del delantero francés Stefan Givarg. Campeón del mundo con su selección en 1998 y titular en la final de Francia por 3-0 sobre Brasil, el exfutbolista de 53 años se gana la vida desde hace más de 17 años vendiendo piscinas en Gran Bretaña. como Zinedine Zidane, Patrick Vieira, Thierry Henry y Didier Deschamps, entre muchos otros, desarrollaron carreras como entrenadores o comentaristas deportivos
“Estoy en la piscina desde hace 17 años”, confesó el exjugador del Auxerre durante una conversación con el programa Rothen s’igné del RMC. “La empresa es propiedad de un amigo que hace trabajos de fontanería en mi casa. Un amigo mío me dijo que iba a construir una estructura de piscina y estaba buscando vendedor. Porque no hice nada. Entonces le dije que lo ayudara. “Estoy con él desde hace 17 años”, añadió.
El hombre que fue dos veces máximo goleador de la primera división del fútbol francés (1997 y 1998) admite que tiene suerte de haber hecho tan bien su trabajo: “Por la noche estoy en casa… Tengo una vida equilibrada, no siempre busco una cámara o un micrófono para transmitir”.
Al mismo tiempo, dijo que trabajar de esta manera no era lo que esperaba. Pero esa oportunidad le llevó a elegir este camino: “No era lo que quería. Cuando estaba en Auxerre Rompí mi promesa de mudarme a Guingamp (2001-2002) para estar más cerca de mi madre, gravemente enferma. Desafortunadamente, ella falleció al final de mi carrera. Mi padre se encontró solo y lo apoyé durante unos meses. y recibí esta oferta de trabajo”.
Estas declaraciones son similares a las que le hizo a Leparisien en 2018, cuando explicó que había bromeado con un amigo de la infancia para que pudiera introducir comercialmente su negocio: “Esto le llamó la atención. Después de eso me volvió a llamar. Al día siguiente hablamos. Y se convirtió en mi jefe”.
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