Los libros de preescolar y primaria, principalmente cuadernos de actividades, son los más vendidos de las pocas editoriales que aún operan en el país. Desde 2013, el sector ha experimentado una disminución significativa en la producción y las ventas de libros, así como una cantidad de miembros que continúan luchando por mantenerse a flote.
Los libros de texto de preescolar y primaria se han convertido en un salvavidas para editoriales y librerías en Venezuela. Las clases iniciales les permitieron mantenerse a flote, a pesar de la caída en la producción y las ventas que la industria había experimentado durante una década.
Los meses de septiembre, octubre y principios de noviembre son los de mayor movimiento comercial y los más esperados por editoriales y librerías, que aprovechan la vuelta al cole para ofrecer los únicos tipos de textos impresos que siguen de moda. Producción doméstica. .
“La mayoría de las editoriales siguen vivas porque vendemos libros a preescolar y primaria, porque en la secundaria los chicos ven los libros como nada”, dijo Julio Mazparrote, presidente de la Asociación. Eso ya está pasado de moda. Sala del Libro Venezolano, (Libros de las cavernas). Explica que los productos más vendidos son los cuadernos que actúan como caligrafía, atención y concentración.
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en conversación con Pertenece aCual, Mazparrote explicó que las editoriales, como muchas librerías, se han visto afectadas por una variedad de factores que han contribuido al prolongado declive que enfrenta la industria.
Entre los temas que destacó Mazparrote estuvo el orden establecido por el Departamento de Educación prohibir los libros de texto diferentes a los de la Colección Bicentenario. Esta guía se publicó en 2011 para todas las áreas educativas.
«Estos libros comenzaron a producirse en grandes cantidades en imprentas privadas y a distribuirse en diferentes colegios, siempre con la advertencia de que eran obligatorios y que no se debían utilizar libros de las editoriales en versión privada. Esto reduce el número de libros en un 80%. Se pueden vender porque el 80% de los estudiantes del país estudian en escuelas públicas”, dijo Mazparrote, quien también es vicepresidente de la Cámara Editorial Venezolana (CAVE).
En la circular de 10 de octubre de 2011, identificada por el código MDZ2011-06establece que “no se requiere y/o utilizar libros o libros de texto para el nivel de educación básica y otros libros o libros de texto para el nivel de educación primaria”. Colección Bicentenario.
En el año de su lanzamiento, el Ministerio de Educación publicó la mencionada colección, compuesta por un conjunto de cuatro libros sobre Ciencias Naturales, Lengua y Literatura, Matemáticas y Ciencias Sociales, además de dos cuadernos de notas elaborados por la Fundación Endógena Venezolana. Industria Papelera (Invepal).
“Desde 2011 hasta ahora las editoriales privadas se han dedicado a proveer libros a escuelas privadas, que es lo que nos ha permitido sobrevivir”, dijo Mazparrote. De los 110 socios que tenía la Cámara Venezolana del Libro, ahora solo quedan 30, estas son las personas que mantienen viva esta industria.
Uno de los otros obstáculos que enfrenta el sindicato está relacionado con la caída del Producto Interior Bruto (PIB) y del poder adquisitivo de la población, “que desde 2013 afecta también a las editoriales y librerías nacionales”. Esta cifra representa el 72,7% de los prestadores de servicios, incluidos los importadores, que por temas de costos y baja demanda han dejado de operar y ya no traen “novedades” al país.
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Representantes de Cavelibro y CAVE aseguraron que debido a la caída en las ventas, muchas cadenas de librerías, especialmente las especializadas, han cerrado; otros se han diversificado a través de la venta de juguetes, regalos, papelería y otros artículos para mantener las operaciones.
«Llamamos a las principales cadenas de librerías para preguntar qué libros eran los más vendidos en Venezuela y me dijeron que en el ‘Top 10’, los primeros 9 eran de autoayuda y los más vendidos No supera los 100 libros al año. Con tal nivel de consumo, traer libros del exterior que no se pueden vender es muy arriesgado”, enfatizó.
Mercado de libros antiguos
Paralelamente a la realidad en la que existen editoriales y librerías, en diversas zonas de la ciudad se incrementa la venta de libros usados en calles y plazas. Algunos pueden verse en distintas calles del centro de Caracas, El Paraíso, Montalbán, zona de Candelaria, entre otras.
«Vivo en una pensión en el Capitolio que me cuesta dos dólares diarios así que todos los días llevo tantos libros como puedo llevar a los 77 años (de 20 a 30 libros) y estoy aquí desde las 9:00 am. a 5 p.m.”, dijo Rafael Ortega, librero usado frente a la Plaza Miranda en el municipio Libertador.
Ortega cuenta con un stock de “casi 500 libros de diferentes géneros”, desde novelas de acción hasta algunos textos escolares. «A la mayoría de las mujeres les gustan las novelas románticas y los hombres buscan libros de acción y suspenso. También vendo muchos buenos libros literarios como García Márquez y Rómulo Gallegos. “Vendo al menos ocho libros al día”, dijo el vendedor. Cabe señalar que cada libro cuesta entre $1 y $2, mientras que los libros más baratos cuestan Bs10.
Ortega dijo que llevaba 3 años comprando y vendiendo libros usados, antes de dejar su trabajo en la empresa donde trabajaba como guardia de seguridad. A partir de entonces dependió de los libros para mantenerse.
Ofertas diversas
El Puente de las Fuerzas Armadas es un lugar de referencia para comprar libros usados. En este espacio se concentran alrededor de 92 comerciantes. Francisco Quiroz, uno de ellos y que lleva 32 años vendiendo libros en el club, nos cuenta cómo es la situación. «La mayoría (de los vendedores) ahora vende algo que está en la lista de la escuela. Actualmente venden papelería, hace poco descubrí que ganan más que libros, pero no sé si es solo por la temporada o no”, comentó el comerciante.
En el puente de las Fuerzas Armadas se vende, pero también se compra. Quiroz explica que todos los días la gente llega con enciclopedias y diccionarios de marcas famosas, “ya sea porque la persona que lee ya no está o porque necesita algo que hacer”.
Otros ofrecen medicinas y comida a cambio de un libro que quieren. Según Quiroz, en una buena semana se puede ganar “hasta $100 y mucho dinero, porque antes la gente venía a comprar pero ahora hay que venderles, ofrecerles algo parecido si no tengo lo que ellos tienen. ” buscar.” Los precios varían dependiendo de una serie de factores, pero oscilan entre Bs 20 y $ 10.
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