Si me preguntan, como ciudadano común, cuál es la opción más importante para el futuro de PDVSA, privatizarla -mantenerla como empresa pública- o implementar de inmediato un plan integral de alimentación escolar, de manera modesta pero completamente segura. , Me inclinaré por la comida.escuela. Decidir de forma independiente sobre el papel futuro de la industria petrolera, gestionar la industria para mantener o perder el liderazgo económico, generar recursos financieros y/o continuar como proveedor de ingresos del modo actual. Un juicio basado en la creencia de que nuestra nutrición infantil no puede ser retrasada o sustituida por ningún otro evento o consideración.
Este tema nos ayuda a reforzar el concepto de escuela integral, que se preocupa por la formación intelectual, cultural, física y moral de nuestros alumnos. La generación que inevitablemente liderará el país tarde o temprano en las próximas décadas.
Hoy en 2023, todos los venezolanos sabemos, innegablemente, o ignoramos el estado lamentable y deplorable de nuestras escuelas, la crisis material-facilidades, la infraestructura de las instalaciones no se mantiene, el saneamiento es malo, es interesante saber cuántos no hay baños en escuela, y están completamente escasos de agua.
El Programa de Alimentación Escolar (PAE) fue establecido oficialmente en Venezuela el 18 de junio de 1996, mediante decreto número 1.376 publicado en el Diario Oficial 35.991, con el objetivo de brindar alimentación en las instituciones educativas y por ende, responder a una lógica de atención holística que promueva la provisión de condiciones adecuadas en las que el aprendizaje pueda florecer, minimizando los impactos potenciales derivados de las características socioeconómicas del estudiante y las condiciones del entorno. En este plano alimentario, la escuela tiene como misión brindar a los estudiantes los nutrientes que necesitan para poder participar y absorber los conocimientos que esta institución debe brindar, sin embargo, todos los análisis y evaluaciones realizados en el programa han demostrado que existe una crítica abierta a caos administrativo, falla en cobertura, oportunidad, calidad, logística, inadecuado manejo de recursos, controles, falta de soporte, facturas, órdenes de compra, albaranes y recibos; falta de controles financieros y registros contables, irregularidades en los contratos, pagos dobles, morosidad y manejo poco claro de los recursos, entre otras violaciones.
“Hacen los procesos de forma aislada y no hay criterios técnicos ni legales; no se mantiene la continuidad y la sincronización; persisten deficiencias administrativas y organizativas que perjudican la eficacia y eficiencia de las operaciones y repercuten en la capacidad de fracaso del programa”.
La prensa nacional ha denunciado constantemente las irregularidades en el funcionamiento del programa de alimentos y el papel de las empresas cooperativas en inflar colegiaturas y cuotas para engañar al Estado, recaudando por encima del servicio prestado.
La gravedad de las denuncias aumentó porque se perpetró corrupción en el delicado ámbito de la educación. Es robar el pan de nuestros hijos.
El mencionado programa de alimentación escolar (PAE) ha sido un espectro que ha envuelto al país con oleadas de corrupción, burocracia y laxitud gubernamental al punto de no poder escandalizar a ningún ciudadano.
Este fracaso del programa de alimentación escolar se refleja directamente en el desconocimiento de las autoridades educativas venezolanas de la importancia de un tema vital como es garantizar una adecuada alimentación a los estudiantes. Nos encontramos ante la imperiosa y urgente necesidad de reconocer la gravedad del problema que se manifiesta en el abandono de las escuelas en Venezuela por el completo abandono de sus respectivas obligaciones institucionales de velar por el cumplimiento de los requisitos alimentarios que permitan comer a nuestros estudiantes. aprovechar al máximo, apreciar todo lo que se puede aprender durante este período de estudio. Las estadísticas sobre el estado nutricional de los estudiantes venezolanos nos ubican en la parte inferior del mundo, se reconoce que más del 33% de los infantes presentan discapacidades irreversibles del desarrollo y del aprendizaje.
Esta situación no la podemos ignorar, excede la necesidad de que se dé un cambio político en el país, como quisiera más del 80% de la población del país. El estado nutricional de los niños de 3 a 12 años no podrá resolverse solo cuando se produzca este ansiado cambio político. Es una obligación moral que deben tener quienes aspiran a dirigir el país y quienes están en el poder.
Hoy, el país está inmerso en un profundo debate que exige, por un lado, que se levanten las sanciones que pesan sobre el régimen, pero mucho más urgente que eso es la necesidad de resolver la situación alimentaria y nutricional de nuestros niños. En momentos en que las diferencias políticas inician el bizantino debate sobre si privatizar PDVSA, nuestra infancia enfrenta la peor situación vivida en tres décadas. El número de niños desnutridos va en aumento en un contexto de indiferencia casi absoluta de los gobernantes y de la gran mayoría de la opinión pública.
La escuela es conceptualmente indispensable como institución fundamental de toda sociedad, es un ámbito donde los nuevos ciudadanos adquieren valores e identidades que les permiten actuar como sujetos responsables sobre su territorio y su gente. También es el período en el que las personas se enfrentan a las posibilidades y oportunidades que brinda el incesante e incesante proceso de búsqueda de conocimientos en el campo de la ciencia y la tecnología. La escuela es una institución indispensable donde el individuo pronto aprende a reconocer a los demás, distinguir y respetar a los maestros, que imparten y descubren nuevas experiencias, información, conocimientos. La escuela holística, entonces, es el escenario en el que, por primera vez, después de dejar los brazos de la familia, se recrea la posibilidad de ser ciudadano de un pueblo, de una ciudad, de un país y del mundo.
La experiencia que ofrecen los países con las economías más desarrolladas y los mayores niveles de bienestar nos habla regularmente del valor y aprecio que tienen en estas sociedades las escuelas y los docentes, calificado como el funcionario mejor pagado, parte importante de la importancia dada al programa académico en ciencia, historia, cultura. Es reconocer que la escuela es el primer paso en la formación de un futuro individuo responsable, capaz de cuidarse a sí mismo y velar por el cuidado de los demás.
No es casualidad que los países nórdicos, Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, sean catalogados como países donde la escuela es la institución rectora, donde la ciencia, el arte, la cultura y el Deporte pasan como hilo en un carrete cuyo gran objetivo es brindar la conocimientos, valores, habilidades para ser el mejor ciudadano. Su sistema escolar es reconocido como el mejor del mundo.
“Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia, cinco de los llamados países nórdicos, a menudo aparecen en la cima de las clasificaciones mundiales de mejor desempeño en desarrollo humano (IDH). Además de la calidad sobresaliente en educación, salud, seguridad pública, conservación del medio ambiente, desarrollo tecnológico, trabajo, economía, competitividad, ciudadanía, equidad, productividad, hay “algunos” aspectos del buen vivir que llaman la atención por sus logros, como como un corto período de tiempo, mientras muchos países del “sur del mundo” aún no están libres del subdesarrollo, y algunos otros países han perdido la oportunidad y el tiempo en consolidar un sistema político que asegure el desarrollo integral de la población.”
La educación es parte esencial de su sistema escolar, no se considera un asunto secundario, no hay doliente, como es el caso de nuestro país donde una persona que se desempeña como ministra de educación arremete contra la lucha de los maestros por un salario que les permita lanzar concursos que Acusarlos de “comportamiento material” que trata de ocultar que la lucha del maestro es para sobrevivir, para continuar como maestro nuestra niñez y juventud.
No es casualidad que las sociedades con mayor índice de bienestar sean las que ostentan, ostentan, la mayor calidad de sus escuelas, es importante para el pueblo que sus escuelas sean siempre instituciones con las que puedan contar para el desarrollo de sus hijos.
Es impensable que en estos países los estudiantes no reciban los alimentos necesarios para su desarrollo integral. En países como Estados Unidos, todos los días del calendario escolar a las 8 a. m., los niños y adolescentes de ese país comparten el desayuno por igual para todos, ricos y pobres, sin importar raza, religión y origen. Todos los niños estadounidenses en la escuela comparten su primera comida del día como un ritual democrático y transversal.
En Venezuela, necesitamos urgentemente tomar en serio el tema de proporcionar alimentos a nuestros estudiantes. En 27,000 escuelas en todo el país, debemos asegurarnos de que todos nuestros niños reciban educación antes de que comiencen las actividades escolares.
Ante el gran desafío que enfrentaba una sociedad que buscaba urgente y desesperadamente el cambio político, comenzó a manifestar su disconformidad con la forma en que se manejaba el país. El tema de alimentar a la nueva generación no puede dejarse de lado, pues lo que no importa es la necesidad de fortalecer a la nueva generación de venezolanos, lugar de encuentro de quienes liderarán el país en un futuro próximo. La alimentación escolar no es un tema reservado a padres y maestros, es un tema político de todos los venezolanos, ella determina si queremos los mejores ciudadanos, capaces, con la capacidad de actuar éticamente en base a valores y conocimientos en lugar de crear maestros de la individuo con sus capacidades y habilidades completamente disminuidas.
Por todo ello, es fundamental que, a partir de hoy, hacer de la provisión de alimentos para los estudiantes una tarea inaplazable.
Es inaceptable que nuestro plato de infancia sea el lugar donde se practican prácticas corruptas, mala gestión administrativa, y ningún control que asegure su eficacia y popularidad.
Sería imperdonable no asumir la gravedad del fracaso del Programa de Alimentación Escolar, que está directamente relacionado con el bajo rendimiento de nuestros estudiantes y la tendencia a la baja productividad que se generalizará a lo largo del ciclo escolar en las próximas décadas.
Preguntémonos cada uno, ¿qué futuro puede mirar una sociedad, un país, una nación con escuelas, una región formadora de nuevos ciudadanos, en un estado casi anulado?, ¿Destrucción total y desnutrición acentuada por doquier?