Gustavo Petro, presidente de Colombia, valoró la alianza con el ELN, afirmando que las bajas del Ejército y la Policía fueron del 55 y 60 por ciento, respectivamente.
Carta: RFI/AFP
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se defendió este jueves 20 de julio de sus críticos por las negociaciones que adelanta con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en el primer discurso de un mandatario de izquierda ante el Congreso.
Con motivo del 213 aniversario de la independencia del país, Petro asistió por la mañana a un tradicional desfile militar y por la tarde estableció que la legislatura de la Asamblea Nacional bicameral en Bogotá se extenderá hasta el 20 de junio de 2024.
En el poder desde agosto del año pasado, el Petro ha recibido muchas críticas de parlamentarios que ven con malos ojos las negociaciones políticas iniciadas en noviembre entre el gobierno y el ELN, la guerrilla activa más antigua de América.
“La paz no es una negociación entre grupos armados, la paz es un acuerdo nacional de toda la sociedad”, argumentó el mandatario, entre aplausos del oficialismo, pero también gritos de la oposición. Algunos lo llamaron “mentiroso”.
Exguerrillero que firmó la paz en 1990 para ingresar a la política, Petro sostiene que el diálogo es la única salida al conflicto armado entre el Estado de Colombia y una guerrilla inspirada en el movimiento guevarista que nació en 1964.
La derecha lo acusa de ser demasiado laxo con los insurgentes y de entorpecer el funcionamiento de la fuerza pública, que, pese a las negociaciones, se ha convertido en blanco frecuente de los ataques del ELN.
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“En cuanto a la paz, ciertamente hemos tomado iniciativas, que son controvertidas, reconozco las discusiones y las críticas, nadie tiene la verdad sobre cómo crear la paz en Colombia”, dijo Peter.
Con los números en la mano, el presidente valoró la reanudación de las relaciones con una guerrilla que había tratado de hacer las paces con cinco gobiernos sin éxito: “(Nos) resultó en una reducción significativa de bajas de militares y policías este año en comparación con el año anterior”, al 60 y 55 por ciento, respectivamente.
“¿Eso es bueno? Obviamente bueno, son vidas de jóvenes que de otra manera podríamos estar enterrando”, dijo.
Antes de cumplir su primer año de gobierno, Petro tuvo frecuentes desacuerdos con el Congreso, que se opuso a la aprobación de algunas de sus reformas. Incluso rompió con los partidos tradicionales que inicialmente lo apoyaban y llamó a protestas para advertirles que la gente estaba de su lado.
En un tono más conciliador, el jueves de esta semana invitó a los diputados a acompañarlo en la nueva legislatura.
“Hay una serie de posibilidades de paz que me gustaría que intentáramos con ustedes para aprovecharlas (…) Hago un llamado al país para que lleguemos a un acuerdo nacional en esos términos: hacer realidad la paz real, poner fin al período de guerra, rebelarse con el Estado”, concluyó.
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