El fiscal general oficialista, Tarek William Saab, anunció este jueves la implementación de un plan para reducir el número de personas detenidas en las comisarías, que son consideradas centros de detención preventiva, que actualmente alberga a 25.000 presos en todo el país.
La Fiscalía, el Poder Ejecutivo y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se comprometieron a “convertir los centros de prevención” en “casas de paz”, para que en esas celdas se puedan realizar los juicios con el fin de combatir las dilaciones procesales que mantienen a miles de personas detenidas durante años en estos lugares, originalmente diseñados para 48 horas de detención.
“Con la presencia del fiscal del Ministerio Público y el juez competente, que ya es un orden institucional estructural, avanzando hacia lo que implica la aceleración de los procesos penales”, explicó Saab al término de un encuentro con el Ministro del Interior. Interior y Justicia, Remigio Ceballos.
Este anuncio se produce un día después de que terminara un motín al interior de varios calabozos de la Policía Nacional Bolívar (PNB) en Aragua (norte), en el que cientos de presos detuvieron a cuatro policías como rehenes para exigir el fin de los “abusos” y denunciar demoras en sus investigaciones procedimientos judiciales.
Dos días después de su secuestro, los internos liberaron a salvo a los cuatro agentes, luego de que un juez les asegurara trasladar a algunos de los detenidos a diferentes prisiones y revisar sus casos.
En abril, el gobierno de Nicolás Maduro informó que estaba instalando una serie de celdas en Caracas para albergar a detenidos de corta duración.
Según la ONG Una Ventana a la Libertad, el hacinamiento en los calabozos policiales es del 334,55% para 2022, lo que ha hecho que las condiciones sanitarias de los detenidos sean peores.