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PDVSA, el gigante petrolero estatal de Venezuela, se está separando de un viejo aliado que una vez ayudó a romper una huelga destinada a derrocar al régimen del difunto Hugo Chávez.
Por Fabiola Zerpa y Lucía Kasai Bloomberg
PDVSA Maroil Trading Inc. canceló un trato con él, según el propietario de la empresa comercial, el magnate naviero venezolano Wilmar Ruperti. La medida se da luego de que una auditoría interna dirigida por el recién nombrado titular de la estatal venezolana, Pedro Teleccia, encontrara discrepancias en los pagos.
Ruperti dijo que no hubo irregularidades y que todavía se le deben 300 millones de dólares.
En el centro de la disputa actual entre Ruperti y la empresa estatal se encuentra un contrato de cinco años firmado en 2016. Según el acuerdo, Maroil acordó invertir $138 millones en una terminal marítima de PDVSA. A cambio, se otorgó a Maroil el derecho de vender y poseer alrededor de 12 millones de toneladas métricas de coque de petróleo, un subproducto del petróleo que se utiliza en hornos eléctricos y de cemento en todo el mundo.
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