El Viceministro para América Latina Rander Peña, en nombre del Gobierno y pueblo de Venezuela, exigió el fin de la implementación de medidas coercitivas unilaterales ilegales contra Venezuela. La Ruta del Norte del Continente se celebró en México los días 16 y 17 de enero.
En su canal de Telegram, Peña destacó el apoyo en este tema de los ministros, viceministros y/o jefes de delegaciones de Belice, Brasil, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y México. Dificultades en materia de inmigración.
“Condenamos las medidas coercitivas unilaterales como causa estructural de la migración venezolana, y los países han pedido el levantamiento definitivo e incondicional de estas sanciones punitivas contra nuestro pueblo. Asimismo, condenamos la criminalización de los inmigrantes y de cualquier negocio sin escrúpulos que busque lucrar con la inmigración”, enfatizó Peña.
Asimismo, expresó la determinación del presidente Nicolás Maduro de avanzar en la implementación de los acuerdos de Palenque, al tiempo que afirmó que Venezuela está lista para aceptar a cada venezolana y venezolana obligada a emigrar debido a la crisis económica. Sanciones impuestas ilegalmente por Estados Unidos y sus países satélites.
Asimismo, la viceministra responsable de América Latina publicó la declaración del encuentro sobre movilidad humana en la ruta norte del continente.
A continuación puedes encontrar el texto completo:
REUNIÓN DE ANTECEDENTES SOBRE MOVILIDAD HUMANA EN LA RUTA NORTE DEL CONTINENTE
Ministros, viceministros de Relaciones Exteriores y jefes de delegaciones de Belice, Brasil, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México y Venezuela:
Reconocemos la importancia del diálogo constructivo y respetuoso entre países para gestionar mejor los flujos y desafíos migratorios.
Llamamos a todos los países del hemisferio a actuar conforme al derecho internacional, los derechos humanos y su legislación interna con un enfoque humanitario en la gestión de la movilidad humana, especialmente ante la amenaza de deportaciones masivas.
Nos solidarizamos con las personas que se han visto obligadas a abandonar sus comunidades de origen, creyendo que la migración debe ser una opción y no una obligación.
Reafirmamos que todos los migrantes, independientemente de su estatus migratorio, tienen derechos fundamentales e inalienables y que todos los Estados están obligados a respetar y proteger estos derechos y tratar de tomar medidas para la plena realización de estos derechos.
Estamos comprometidos a defender los derechos humanos de todos los migrantes, rechazando su criminalización en cada etapa del ciclo migratorio y protegiéndolos del crimen internacional organizado que se beneficia principalmente de la migración y de medidas que los pondrían en una situación difícil. vulnerabilidad y otros factores de riesgo. Intensificaremos la cooperación intergubernamental y el intercambio de información y buenas prácticas en materia consular y de lucha contra la trata y el tráfico de migrantes.
Reafirmamos nuestro interés en proponer que se reactiven las reuniones de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) sobre migración a fin de tener un amplio espacio para la discusión de propuestas de diferentes organismos y mecanismos internacionales que abordan el tema migratorio. migración. Esto facilitará la identificación de sinergias y complementariedades entre diferentes iniciativas, con el objetivo de promover una mayor coherencia y articulación entre ellas y apoyar el fortalecimiento de sus respectivas agendas.
Guiados por el principio de responsabilidad compartida, redoblaremos los esfuerzos nacionales y la cooperación entre gobiernos, sociedad civil, sector privado, países de destino, organizaciones internacionales, bancos internacionales de desarrollo y otros socios para abordar las causas estructurales de la migración en América Latina. y el Caribe. Somos conscientes de que los esfuerzos conjuntos hacia el desarrollo sostenible, así como la lucha contra la pobreza y el hambre y la reducción de las brechas de desigualdad social, apoyan el bienestar social.
Reiteramos nuestra determinación de promover rutas migratorias seguras, ordenadas y regulares entre nuestros países y otros países del continente.
Destacamos que factores externos, como las medidas coercitivas unilaterales, afectan negativamente a toda la población y, en mayor medida, a las personas y comunidades más vulnerables. Exigimos su eliminación porque son contrarias al derecho internacional y tienen graves repercusiones sociales más allá de los países donde se imponen.
Los anuncios de deportaciones masivas son motivo de grave preocupación, particularmente por su incompatibilidad con los principios fundamentales de los derechos humanos y su incapacidad para abordar eficazmente las causas estructurales de la migración.
Reiteramos nuestra intención de ampliar las rutas regulares de movilidad laboral y llamamos a otros países a hacer lo mismo. Creemos que esto contribuye al bienestar común de nuestro pueblo y de la región en su conjunto, y por ello trabajamos por la integración socioeconómica sostenible de los inmigrantes a la luz de su importante contribución a sus países y comunidades de destino.
Reconocemos la necesidad de gestionar los flujos migratorios irregulares de manera humana y responsable. Esta gestión debe incluir, cuando corresponda, políticas y medidas para fortalecer progresivamente los sistemas migratorios y de protección internacional; proporcionar asistencia y servicios esenciales a personas en edad de movilidad; intercambiar información sobre las características y rutas de dichos flujos; ¡as! Cómo utilizar mecanismos de repatriación voluntaria y asistida de manera digna, ordenada, respetando los derechos humanos y con atención a la reintegración que permita a las personas tener oportunidades de bienestar en sus comunidades.
Reafirmamos nuestro firme apoyo a la estabilidad de la República de Haití y que contribuiremos decisivamente a los esfuerzos para restablecer la estabilidad de la República de Haití, junto con la comunidad internacional y, en particular, las Naciones Unidas, de acuerdo con las capacidades de cada país. Seguridad humana para la normalización de la situación política, económica y social con enfoque en el desarrollo sostenible.
Mantendremos una comunicación estrecha para evaluar el progreso hacia estas metas y priorizar las situaciones que requieran nuestra mayor atención.