Numerosos estudiosos latinoamericanos recordaron la importancia de la Batalla de Ayacucho como símbolo político y la vigencia del llamado a la unidad de los pueblos de América Latina durante la clausura del Coloquio Internacional de Ayacucho 1824-2024: unidad, soberanía y paz.
La historiadora colombiana Rocío Castellanos habló sobre los informes de los medios sobre la liberación estadounidense de la posguerra. “La prensa estadounidense de la época presentó la victoria como un factor unificador de las nuevas repúblicas”, afirmó.
El periodista y profesor de historia argentino Roberto Deibe señaló que esta lucha aún desafía a la sociedad incluso después de 200 años, y enfatizó: “La independencia no es un hecho consumado, como en todas las revoluciones populares, sino un proceso de construcción continuo”.
El embajador de Bolivia, Sebastián Michell, comenzó su discurso con pasión: “Para Bolivia, Ayacucho lo es todo”. En su discurso defendió el hito fundacional decisivo que representa la lucha por el nacimiento de Bolivia como república independiente.
Mientras tanto, el investigador Frank Díaz Pretel, miembro de la Comisión Bicentenario de la Universidad Nacional de Trujillo en Perú, expuso en su presentación algunos de los procesos organizativos de la guerra y los acontecimientos de la política peruana que generaron situaciones de anarquía antes de la llegada de Simón. Bolívar. El historiador y docente peruano Julio Buenaño afirmó que si bien el Perú “no tiene figuras como Bolívar o Antonio José de Sucre, ambos pusieron bajo su mando a un pueblo en guerra”. En su discurso titulado “Líderes de la lucha por la independencia”, describió la acción política y económica bolivariana tras la victoria en Perú, que enfrentó la difícil tarea de romper el legado colonial.
El investigador, ensayista y periodista cubano Enrique Ubieta concluyó las presentaciones con una intervención sobre el pensamiento de Bolívar y José Martí, así como las relaciones entre los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez.
Añadió que el apóstol cubano José Martí siempre tuvo una gran admiración por el Salvador y señaló que el llamado de Bolívar a la unidad se renovaba cada año y era “cada vez más necesario para lograr una integración que nos permita ser reales”.