El presidente ruso Vladimir Putin ha dado su palabra de que Yevgeny Prigozhin, jefe del Grupo Wagner, no será procesado por motín, tras ordenar a sus tropas retirarse 200 kilómetros de Moscú.
Así lo anunció un portavoz del Kremlin, quien también señaló que Prigozhin abandonaría el país rumbo a Bielorrusia. Es importante señalar que fue el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, quien negoció con el grupo de inquilinos.
Se retiró para evitar el “derramamiento de sangre” entre los rusos.
En palabras del propio Prigogine, decidió retirar las tropas y devolverlas a sus cuarteles para evitar un “derramamiento de sangre” entre los rusos.
Esta fue una decisión sorprendente, ya que tomó una base importante en Rostov, ubicada a solo 200 km de la capital rusa.
También es importante señalar que el líder del grupo mercenario era uno de los colaboradores más cercanos de Vladimir Putin.
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Asimismo, el grupo jugó un papel clave en el avance ruso hacia Ucrania, país que invadieron en febrero de 2021.
En un mensaje de voz, Prigogine describió el comienzo del avance hacia la capital rusa. “Fuimos a la Marcha de la Justicia el 23 de junio. Ese día avanzamos hasta quedar a unos 200 kilómetros de Moscú. Durante ese tiempo no derramamos ni una sola gota de sangre de nuestros guerreros.
“Ahora ha llegado el momento en que se puede derramar sangre rusa. Por eso entendemos que la responsabilidad de este derramamiento de sangre ruso es de un lado. Vamos a dar marcha atrás a nuestros convoyes y regresar al campamento como estaba previsto”, agregó el líder de Wagner. .
Lukashenko, clave para el quiebre de Wagner
Por su parte, fue el presidente ruso, Vladimir Putin, quien permitió que Lukashenko entablara un diálogo con el jefe mercenario.
“Prygozhin aceptó la propuesta del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, de detener el movimiento de personal armado de la compañía Wagner en Rusia y tomar más medidas para reducir las tensiones”, informó la prensa presidencial bielorrusa.
Lukashenko sostuvo conversaciones con Putin para discutir la tensa situación en suelo ruso tras la captura del Estado Mayor de Rostov por parte de Wagner. Por ello, junto a su homólogo ruso decidió “tomar medidas conjuntas”, lo que le llevó a hablar con el grupo de mercenarios.
Putin tildó de traidores a los mercenarios y prometió severos castigos a los rebeldes; Sin embargo, tras la intervención de Lukashenko se evitó un enfrentamiento con las tropas rusas, que podría haberse convertido en una guerra civil entre naciones euroasiáticas.