La salida de Edmundo González Urrutia se produjo la noche del sábado 7 de septiembre, luego de pasar varias semanas bajo custodia en la Embajada de Holanda y luego en la de España. El gobierno chileno exigió que se respeten los derechos humanos en Venezuela.
En el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, el gobierno de Gabriel Boric expresó su preocupación por el exilio forzado de González Urrutia y condenó las tácticas de intimidación del gobierno de Nicolás Maduro contra la oposición venezolana.
El comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, publicado el domingo 8 de septiembre, señala: “El Gobierno de Chile rechaza cualquier forma de represión contra opositores al régimen dictatorial en Venezuela y reitera su llamado a respetar los derechos humanos, las libertades fundamentales y la integridad física”. de todos los ciudadanos venezolanos.”
El presidente chileno, Gabriel Boric, solicitó la publicación de actas electorales para reconocer los resultados de las elecciones del 28 de julio. Pero a pesar de la presión internacional, las autoridades venezolanas aún no han publicado datos desglosados.
Comunicado de prensa sobre el exilio forzado de Edmundo González. imagen.twitter.com/7tdZWDgH1u
— Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile 🇨🇱 (@Minrel_Chile) 8 de septiembre de 2024
La salida de González Urrutia de Venezuela se produjo la noche del sábado 7 de septiembre, luego de pasar varias semanas en la Embajada de Holanda y luego en la sede diplomática de España.
El candidato presidencial opositor fue acusado por la Fiscalía de presuntos delitos relacionados con el proceso electoral del 28 de julio y recibió amenazas de pena de prisión.
La Venezuela Informa opositora María Corina Machado y otros dirigentes políticos de Venezuela manifestaron que la salida de González Urrutia era muy importante para garantizar su vida y libertad. Afirmaron que continuaría la lucha para defender el resultado de las elecciones del 28 de julio, que según ellos ganó la oposición. También llamaron a no dejarse atrapar por el mensaje desalentador que intenta imponer el gobierno.