Rojo, negro y amarillo son los colores de la marea de alegría que sale a la calle cada 29 de junio para celebrar la Fiesta de San Pedro Apóstol.
Guarenas y Guatires en los estados Miranda son los semilleros de esta expresión popular que se originó en las colonias, especialmente en las plantaciones esclavistas denominadas Cantón de Guarenas que cubrían la región.
Según la tradición, durante la época colonial, la esclava María Ignacia, que vivía en la referida región que ahora llamamos Guatires o Guarenas, vio que su hija Rosa Ignacia no se curaba de una fiebre alta y pidió a la santa que intercediera por la cura. Su pequeña le prometió que la sacarían todos los días del 29 de junio a bailar y cantar.
Y así sucedió, la hija Rosa Ignacia se recuperó, la noticia corrió por la hacienda y el resto de los esclavos decidieron acompañarla.
Este fue el caso incluso después de la muerte de María Ignacia. Su esposo quería cumplir su promesa, por lo que ella se disfrazó de María Ignacia y siguió de fiesta con sus dos hijos.
Así se instaló esta tradición, que pasó a formar parte de la cultura e identidad de ambas ciudades mirandas, transmitida de generación en generación.
Los miembros de la Hermandad representan la historia de Rosa Ignacia, Maria Ignacia y sus familias. Así, un hombre vestido de María Ignacia y con una muñeca de trapo en brazos representa a su hija Rosa Ignacia. Con ellos van dos niños vestidos de rojo y amarillo que representan a los hijos de María Ignacia.
El resto de los juerguistas son símbolos de esclavos. Todos visten levitas y zapatos de tacón y se pintan la cara con betún negro para zapatos. Algunos portaron banderas rojas y amarillas para simbolizar la unión entre liberales y conservadores para la celebración donde desfilaron al santo por las calles del estado Miranda.
Con cuatro y maracas cantan y bailan para prometer, como María Ignacia.
La fiesta fue declarada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
preparación
- Los preparativos del festival comienzan con meses de anticipación, cuando los seguidores ensayan música, cantos y bailes en grupos, renuevan el vestuario y nombran a los responsables de las actividades preparatorias.
- La víspera de la fiesta sale a arreglarse el cuadro del santo, guardado durante un año en casa del fiestero.
- Esa noche los feligreses realizan una vigilia en la que cantan y bailan al santo.
- En la mañana del 29 de junio se realizó una misa donde se ofrecieron cantos. Tras la Eucaristía, comienza la procesión en la que participa toda la comunidad durante horas.