El Gobierno de Nicolás Maduro rechazó este martes la inclusión de Cuba en la lista de países promotores del terrorismo, revocando el decreto anunciado por el nuevo presidente estadounidense Donald Trump en su primer día de mandato. antes de que su predecesor, Joe Biden, dejara el cargo.
En un comunicado publicado vía Telegram por el jefe de Relaciones Exteriores, Yván Gil, el gobierno chavista rechazó “categóricamente” la medida, que consideró “infundada”, “arbitraria” y calificó de “acto hostil”. “Contradice los principios del derecho internacional y distorsiona los esfuerzos globales hacia la paz y la cooperación”.
Según el Gobierno de Maduro, la acusación contra Cuba “no sólo es infundada, sino que indica una intención de revivir las políticas de agresión y opresión que han marcado la historia reciente de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina”.
En este sentido, condenó “absolutamente” lo que él mismo calificó de “acto injusto” y, tras calificarlo de “violación de los principios de respeto a la soberanía”, le pidió y aseguró que lo “condene” y “rechace”. para “justificar” el bloqueo de la isla que dura más de 60 años.
El pasado martes, Caracas celebró la “limitada” decisión del expresidente Biden (2021-2025) de sacar a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo y pidió el levantamiento “inmediato” del bloqueo.
La decisión de Trump, que también espera el nuevo secretario de Estado estadounidense, el cubanoamericano Marco Rubio, tiene graves consecuencias financieras.
Autopsia de un pacto muerto
El acuerdo entre la Administración Biden y La Habana, mediado por el Vaticano, duró sólo seis días; Washington sacó a Cuba de la lista de terrorismo a cambio de la liberación masiva de prisioneros en la isla.
Entre la avalancha de órdenes ejecutivas firmadas por el republicano Donald Trump en sus primeras horas en la Oficina Oval se encontraba una medida con graves implicaciones financieras que inmediatamente devolvió a Cuba a la lista de países patrocinadores del terrorismo.
La decisión era esperada por el nuevo secretario de Estado, el cubanoamericano Marco Rubio, partidario de una línea dura contra el Gobierno cubano.
En su discurso de confirmación ante el Senado, Rubio aseguró que tenía “cero sospechas” de que Cuba fuera un país que fomenta el terrorismo y sostuvo que las decisiones de la Administración Biden no estaban en ningún caso vinculadas con las del nuevo gabinete republicano.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, por su parte, calificó de “una burla” la cancelación de una de las últimas decisiones tomadas por el demócrata Joe Biden después de sólo seis días.
En su opinión, se trata de un “acto arrogante” de Trump, que desdeña “la verdad” y sólo intenta intensificar la “brutal guerra económica contra Cuba con fines de dominación”.
Lo que el Gobierno cubano aún no ha comentado es si cumplirá su parte del acuerdo ahora que lo ha acordado con el Vaticano. La Habana nunca vinculó oficialmente la lista con la declaración: sólo Washington mencionó el acuerdo.
Según ONG de derechos humanos que cuentan los presos por motivos políticos en la isla (Justicia 11J, Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) y Prisoners Defenders), hasta este lunes unos 150 presos han salido de prisión. Éste es el entendimiento tripartito.
Sin embargo, también hay presos comunes, cuyo número no puede determinarse, que se benefician de esta medida.
El Gobierno cubano anunció la liberación de 553 personas “castigadas por diversos delitos”, pero no ha hecho pública la lista de nombres y no ha actualizado el número total de premiados en los últimos días. Mencionó 127 el jueves pasado.
Entre los liberados de prisión registrados por las ONG, los que participaron en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021 (las mayores en décadas) y fueron liberados oficialmente en libertad condicional (antes de cumplir su condena), la mayoría son hombres jóvenes con sin antecedentes activistas previos. .
Entre los beneficiarios también se encuentran disidentes históricos como Félix Navarro y José Daniel Ferrer, y activistas como Pedro Albert Sánchez, Luis Robles y la mujer de Blanco Tania Echeverría.
Sin embargo, todavía hay un gran número de presos considerados políticos, incluidos aquellos con reconocimiento internacional como los artistas y activistas Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo, quienes están clasificados como presos de conciencia por Amnistía Internacional.
Desconocido para la mayoría del público internacional. Al cierre de 2024, Prisoners Defenders registró un total de 1.161 presos en Cuba por motivos políticos. El juez 11J estima que 549 manifestantes del 11J fueron condenados.
El futuro de estos detenidos es ahora incierto, al igual que el futuro de Cuba en su conjunto con la llegada de Trump.
La isla ya estaba sumida en una grave crisis económica y energética, con escasez de alimentos, medicinas y combustible, largos cortes de energía diarios y una inflación que ha triplicado los precios desde 2021.
Las dificultades del país para estabilizar su economía, asegurar bienes esenciales y volver al crecimiento (con un producto interno bruto (PIB) por debajo de los niveles de 2019) podrían verse exacerbadas por la abierta oposición de la administración estadounidense a hacerlo.
De hecho, la situación actual del país se deriva de las consecuencias de la Covid-19 y de las numerosas políticas económicas y monetarias fallidas implementadas por La Habana, así como del endurecimiento de las sanciones estadounidenses durante el primer mandato de Trump (2017-2021). Venezuela Informa