Recientemente, Flor Oristella “Poy” Márquez recibió el Premio Nacional de Cultura de manos del Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, “por su trayectoria nacional e internacional como intérprete, creadora, docente y gestora de la danza contemporánea”.
El actual director y docente de la sede caraqueña de la Fundación CorioArt, con sede en el estado Mérida, lanzó gritos emocionados y brindó con colegas y amigos tras conocer su galardón. Siéntete agradecido por este nuevo logro, reflejo de años de preparación, dedicación y vocación.
“Primero me siento agradecido, porque me parece que esto es un reconocimiento a todo el tiempo y trabajo que he invertido en la formación en danza; Que suerte tengo de tener a Carlos Orta como maestro coreógrafo, y a Norris Ugueto de crear con él el proyecto ChoreoArt, porque son quienes tomaron la iniciativa de crear una compañía de danza contemporánea con jóvenes del sector popular. También fue un gran momento emotivo porque hay muchos cultistas y artistas reconocidos con quienes el estado está haciendo una especie de justicia social, tuve muchas emociones; “Ese momento fue realmente conmovedor para mí”.
Empezó desde muy joven
Con menos de una década de vida, una pista diminuta iba creciendo dentro y fuera del mundo de la danza. Y aunque en ese momento no lo sabía, su vinculación con esta industria lo llevaría a ir más allá de la tierra en la que nació, que también abandonaría.
Dedicó gran parte de su vida profesional al coreoarte. Foto de : CoreoArt
“La danza para mí es una forma de vivir y moverse por la vida; Me otorgaron este premio como bailarina, coreógrafa, docente y gestora de danza contemporánea. Empecé el ballet clásico a los ocho años, lo dejé por mucho tiempo, fui a la escuela y luego me uní al proyecto coreoart en 1983, que rompió los moldes de la danza moderna, ya que en ese momento era un espacio de élite, reservado. . para un partido en particular.”
Según el experto, el coreoarte tiene un estilo de enseñanza que ayuda a los estudiantes a comprender la danza, considerando como punto de partida sus orígenes latinoamericanos-caribeños. “El trabajo del movimiento de danza fue una forma de recorrer la danza de la vida y mostrar una cierta estética de esta parte del mundo”, señaló y agregó: “Para mí la danza era el lugar adecuado para desarrollarme como artista, ya que Es algo muy tradicional en mi familia y a mí me lo enseñaron desde pequeño”.
Continuó: “Venir de la danza moderna y llegar a la danza contemporánea fue un gran desafío para nosotros, pero también un aporte importante para Venezuela. Nuestra fundación salió a representar al país en diferentes partes del planeta. Fuimos a Grecia, Qatar, el Estados Unidos y otras partes de Europa, donde lo hemos hecho muy bien, especialmente en el viejo continente”.
Floreció en otras regiones.
Aunque es conocida principalmente por su faceta de bailarina, desde principios de la década de 2000, Flor Márquez imparte sus conocimientos en la Universidad Bolivariana de Venezuela.
“Empecé en Bolivariana en el 2006; en el 2007 un grupo de compañeras y yo iniciamos la Cátedra África Libre, pero fue realmente en el 2008 cuando comencé a ocupar ese espacio. Como mujer y bailarina afro, debo tener mi investigación con Orígenes africanos Me interesaba mucho resaltar la experiencia de la danza, que sigo haciendo hoy. Lo mejor de esta trayectoria es que continuamos a través de la danza. La posibilidad de combinar lo que hemos vivido.” Uno de sus proyectos posteriores fue La Sabana, relacionado con la danza del estado La Guaira, pueblo donde nació.
Actualmente, en la sede de ChoreoArt en Caracas, Flor y su equipo imparten talleres para niños, bailarines e incluso principiantes.