La pobreza en América Latina caerá al 27,3% en 2023, la tasa más baja registrada desde 1990, equivalente a 172 millones de personas y que representa una reducción del 1,5% respecto a 2022, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La pobreza extrema también disminuyó y alcanzó el 10,6%, correspondiente a 66 millones de personas, un 0,5% menos que el registrado el año anterior, pero que aún se mantiene por encima del nivel de 2014. Cuando se alcanzó la cifra más baja de las últimas tres décadas.
Según el reducido crecimiento del PIB esperado para este año (1,7% en América Latina), se espera que la pobreza disminuya levemente en 0,5 puntos porcentuales, mientras que la pobreza extrema se mantendrá sin cambios significativos, sostiene la CEPAL en su informe ‘América Latina y el Caribe’. Panorama’.
“El panorama no es muy halagüeño”, dijo el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Jirinachos, quien llamó a fortalecer los programas de protección social.
Ingresos laborales y ayudas no subvencionadas
La reducción regional de la pobreza en 2023, que se debe principalmente a la evolución positiva de Brasil, pero también aportada por Paraguay, República Dominicana, El Salvador y Colombia, según la Cepal, responde al aumento de los ingresos provenientes del trabajo remunerado.
Las transferencias públicas, incluidos los programas de protección social no contributivos (destinados a personas que no contribuyeron lo suficiente a sistemas como las pensiones o la seguridad social durante su vida laboral), también tuvieron un impacto importante en la pobreza.
“Los sistemas de pensiones no contributivos han sido un hito importante en el desarrollo de los sistemas de seguridad social en este siglo”, dijo el director de desarrollo social de la Cepal, Alberto Arenas, al referirse a su cobertura, que ha contribuido a una reducción de 14,3% en la tasa de pobreza. entre las personas mayores de 65 años en los últimos 20 años.
“Para avanzar en la erradicación de la pobreza en la región hacia 2030, es necesario un valor mínimo de recursos financieros entre el 1,5% y el 2,5% del PIB, o entre el 5% y el 10% del gasto público total destinado al financiamiento social no contributivo. Protección dentro del Ministerio de Desarrollo Social o instituciones equivalentes”, advirtió el informe.
Según la CEPAL, en América Latina, donde persiste una alta desigualdad en la distribución del ingreso y la riqueza, la pobreza afecta “desproporcionadamente” a mujeres en edad de trabajar (22,2%), niñas y niños (40,6%), indígenas (42,3%) . ) y afrodescendientes (20,4%), y los que viven en zonas rurales (39,1%).
El envejecimiento de la población y la crisis de cuidados agravan esta desigualdad debido a la “injusta división del trabajo”, como la describe Arenas, contribuyendo especialmente a la brecha de género, ya que más de la mitad de las mujeres fuera del sistema laboral se dedican exclusivamente al trabajo doméstico no remunerado. y el trabajo de cuidados, que es su inclusión laboral y representa una “barrera” a la protección social.