El consultor político Luis Peche Arteaga enfatizó este lunes que la oposición democrática liderada por María Corina Machado debe convertir en algo más el reclamo de los venezolanos sobre los resultados del 28 de julio.
“La oposición debe tratar de mostrar cuál será su ruta creíble para convertir el reclamo en algo más, porque el tiempo corre, y si el 2025 comienza con Maduro poniéndose la banda presidencial y asumiendo deberes de gobierno, habrá una sensación de desgaste y lágrimas”, declaró a VPI.
Pero señaló que la situación actual de Edmundo González dista mucho de lo ocurrido en 2019 con el extinto gobierno interino de Juan Guaidó.
“El 28 de julio es un punto de inflexión, cuando a Guaidó se le ofreció asumir la presidencia interina en 2019, esto se hizo interpretando los artículos de la constitución. Hubo una lucha narrativa sobre las elecciones debido a la no participación de la oposición. Actualmente estamos amparados por el proceso 28J, millones participaron y se logró un resultado. “Esto ya no es sólo una cuestión constitucional, sino también una cuestión de respeto a la soberanía popular ejercida en los colegios electorales”.
A su juicio, el exilio de Edmundo González privó a la oposición de tener “un activo sobrevalorado” dentro del país, pero también permitió al ex candidato de la Unión operar en sus propias aguas.
«Edmundo González es un diplomático de carrera, su mundo se construye en agendas de reuniones, hablar con personalidades internacionales, y ahora puede asistir a actos políticos, viajar fuera de España, comunicarse con presidentes. “Es algo muy importante y probablemente es ahí donde nos sentimos más cómodos viéndolo”.
Respecto a la respuesta de la comunidad internacional a lo ocurrido tras el 28J, Peche calificó la situación actual como uno de los peores escenarios posibles.
“Hay dos hechos: La oposición mostrando sus actas y la institucionalidad del CNE, que cierra filas con Maduro y dice que los resultados son así. Con el paso del tiempo, si no hay mecanismos para resolver la crisis, el enfrentamiento se agravará porque los actores desconocen la verdad y surge la pregunta de cómo avanzar ante lo sucedido. “Este es el mayor problema de la oposición y de la CI, tampoco es fácil para Maduro”, vaticinó.
A medida que Maduro quedó cada vez más aislado, mantuvo conversaciones con otros gobiernos de izquierda en la región, como vimos con Lula y Petro.