Luis Vallenilla en su texto “Auge, caída y futuro del petróleo venezolano” (p. 89, 1973) describe lo ocurrido en el país desde los inicios de la industria petrolera hasta 1931. El inmortal Gumercindo Torres, durante su último período como Ministro de Fomento bajo la dictadura de Juan Vicente Gómez, quien gobernó entre 1908 y 1935.
El autor destaca el carácter crítico de la postura de Torres hacia las petroleras, respetando las exenciones arancelarias de las grandes empresas de hidrocarburos.
“De esta comparación entre lo pagado al Tesoro y las exenciones de derechos que disfrutan las petroleras, resulta el incómodo cálculo de que hubiera sido preferible no cobrar ningún impuesto de explotación a cambio del pago de derechos exentos”, afirmó Torres. .
Las cifras que cita Torres son: Entre 1923 y 1930, el Tesoro recaudó 187 millones de bolívares por concepto de hidrocarburos. Duty Free: 217 millones.
“Esa diferencia, ese marcado contraste, hizo llorar a Gumersindo Torres: las petroleras explotan el petróleo y los gobiernos les pagan para que lo aprovechen”. Estas cifras replicadas, más allá de opiniones personales, reflejan una fase crítica de nuestra historia petrolera”, afirmó Vallenilla.
En su libro, el autor destaca que la medida del Ministro Torres es meritoria, sobre todo si consideramos que tuvo que trabajar en un gobierno caracterizado por un gran primitivismo, frente a poderosos organismos internacionales acostumbrados a obtener ventajas desiguales sin pensamiento. En cualquier forma, ya sean actos de soborno, presión o sabotaje de carácter político.
“La historia de Gumersindo Torres invita a la reflexión: nos enseña cómo, en circunstancias difíciles, complejas, impredecibles e incluso adversas, la determinación y la acción inteligente de un hombre pueden ser fundamentales para el futuro de un país”.
Durante su último año como ministro, la Comisión Arancelaria del Senado de Estados Unidos, nombrada en 1931 para investigar y determinar el costo de la producción de petróleo en Venezuela, envió un cuestionario a las principales empresas que operan en Venezuela:
Lago Petroleum Corporation y Venezuela Gulf Company; Concesión Petrolera de Venezuela, The Caribbean Petroleum Company y Colon Development Co.
Entre los datos proporcionados, la Standard Oil de Indiana informó ante un comité del Senado estadounidense unos costos de transporte de 0,33 dólares por barril, mientras que el gobierno venezolano indicó 0,68 dólares, lo que refleja menores pagos de impuestos en Venezuela.
Ante tales incidentes, el ministro Torres estimó que de 1917 a 1931 el Estándar defraudó al tesoro nacional en 26 millones de bolívares; y Gulf 30 millones, contra los cuales estas empresas fueron demandadas por la Fiscalía General de la Nación.
Luego del caso, “Gumarcindo Torres fue despedido nuevamente (la primera vez fue en 1922) y los casos quedaron en nada”, dijo Vallenilla.