– Venezuela Informa –
Cuanto más hablaba Jesús de El misterioso “East Pan” con los que no tienen hambre Sus oyentes estaban aún más avergonzados.
“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo.– Quien coma este alimento vivirá para siempre. y el alimento que os daré es mi carne. para que el mundo viva” (Juan 6, 51-58).
La respuesta llegó de inmediato: “¿Cómo puede este hombre darnos a comer su propia carne?” Sin embargo, ante tales objeciones Jesús no era un ignorante. Pero continuó su argumento con más celo.
“En verdad os digo que si no coméis su carne, hijo del hombre Y no bebes su sangre. No podrás tener vida dentro de ti. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna. y yo lo resucitaré en el día postrero. “Mi carne es comida de verdad. Y mi sangre es la verdadera bebida”.
¿Y cómo ven los hombres y mujeres de hoy la Eucaristía? Quizás algunos de nosotros -la mayoría de nosotros- lo consideremos innecesario o poco fiable. El resto de nosotros lo damos por sentado sin pararnos a pensar en ello. La grandeza de este misterio– Cada uno de nosotros está en deuda con Dios, que se entregó a sí mismo como alimento de nuestra vida espiritual.
Por eso Cristo nos lo dijo. “El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él”.
Pero el misterio no termina ahí. Jesús continuó: “El que come este pan vivirá para siempre”. cristo es alimento que nutre nuestra vida espiritual mientras vivimos en la tierra Pero más que eso El alimento que nos nutre ahora en el Día de la Resurrección nos devolverá la vida que perdimos al morir. Pero será una nueva vida. No es la vida como la tenemos hoy. sino vida en gloria y eternidad.
¿No deberíamos rendir homenaje continuamente a tal bondad… frente a tales misterios? ¡Vive en Cristo como Él está en el Padre! Esa es la unidad que crea el comer este pan sagrado. Y quédate con Él para siempre… siempre… siempre…
Isabel Vidal de Tenreiro
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