El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo este viernes que “se despidió” luego de que el Centro Carter, observador de las elecciones presidenciales del 28 de julio, afirmara que no había evidencia de que el sistema electoral hubiera sido hackeado. El retraso en el proceso de recogida de votos después de que el organismo electoral desemboque oficialmente en declarar ganador al presidente.
«El Centro Carter no tiene medios ni capacidad para decir las tonterías que dice de que el sistema venezolano no es blanco de un ciberataque (…). “El Centro Carter se despidió por la triste puerta de la mentira en esta historia electoral”, dijo Maduro en una transmisión en la emisora estatal VTV.
Sin embargo, según el ministro, la organización, que aseguró que las elecciones venezolanas no podían ser consideradas “democráticas”, fue invitada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) “por la seriedad que ha mostrado en este tema (…) “. Ministro de Defensa Vladimir Padrino López en reunión con sus integrantes.
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Maduro criticó al Centro Carter, que “no es una autoridad o institución constitucional en Venezuela”, diciendo que el ciberataque fue “brutal” cuando fue “público y notorio”.
Además, reiteró, como lo hizo el jueves el canciller venezolano, que la jefa de la misión de observación en Venezuela, Jennie Lincoln, es “muy trabajadora”, al tiempo que aseguró que la agencia está dirigida por funcionarios “asalariados” del multimillonario. George Soros.” Del Departamento de Estado.
El Presidente afirmó que los observadores del Centro Carter vinieron a Venezuela con “prejuicios” y reiteró que ya contaban con un informe escrito.
El miércoles, Lincoln anunció que después de analizar los datos electorales, el Centro Carter pensaba que el ganador de las elecciones presidenciales era Edmundo González Urrutia, el abanderado de la mayor coalición opositora que obtuvo “83,5%” de los votos. Afirma que Maduro citó su victoria por lo que considera “documentos falsos”.
Rechazó oferta de Panamá y EE.UU.
Maduro también rechazó este viernes la oferta de asilo de su homólogo panameño José Raúl Mulino y las garantías de Estados Unidos para resolver la crisis tras las elecciones presidenciales, cuyos resultados oficiales confirmaron al presidente venezolano como ganador. La coalición opositora lo considera un fraude.
Si bien Maduro pidió al presidente de Panamá gobernar su país y no intentar hacerlo en Venezuela, exigió respeto a Estados Unidos.
«Estoy feliz de que los Estados Unidos de América (…) estén dispuestos a darme lo que sea (…) Pido respeto a la democracia venezolana; el segundo deseo es el respeto a la independencia y estabilidad de Venezuela; “El tercer deseo es que se queden donde están por 50 años y que lleguemos a un acuerdo de entendimiento que permita a Venezuela calmarse”, afirmó.
Por otro lado, Maduro afirmó que Mulino le envió un mensaje luego de asumir el cargo para que “confiara en él” y le prometiera reiniciar las relaciones entre Venezuela y Panamá, pero luego el jefe del Comando lo “visitó”. En el sur de Estados Unidos y tras una reunión -prosiguió Maduro- “salió desorganizado” a convocar a una cumbre para abordar la crisis postelectoral en la nación caribeña.
«América Latina y el Caribe le dijeron por unanimidad (a Mulino): ‘¿Quién eres, camarada? El presidente venezolano dijo: “Está equivocado, no tiene el poder de convocar una cumbre”.