La oposición se reunió por tercera vez este sábado desde que la Fuerza Electoral anunció los resultados que dieron como ganador a Nicolás Maduro. Tras la represión y las detenciones de la semana pasada, los opositores al chavismo son más cuidadosos, pero no abandonan las calles.
Cejas negras. El sábado 3 de agosto, cuando salió a acompañar la concentración organizada por los disidentes María Corina Machado y Edmundo González Urrutia en la plaza principal, un joven se cubrió el rostro con el mismo cartel y dijo: “No somos terroristas”. Calle Mercedes en Caracas.
“No puedo darles ninguna entrevista porque podrían reconocerme y podría ponerme en peligro”, dijo. Crónica.Uno antes de que el niño se tapara la cara y explicara que solo su cartel podía ser fotografiado.
Él fue solo una de los cientos de personas que decidieron ocultar su identidad a las cámaras con pancartas, pañuelos, banderas y hasta mascarillas en la manifestación que acompañaron el sábado, pero tomaron precauciones para evitar ser agregados a la lista de prisioneros. El marco de las protestas opositoras, que según el propio Nicolás Maduro suman más de 2000.
La fe como arma
“No tengo armas, solo traigo mi fe”Otra de las pancartas mostraba a una joven de 20 años cubriéndose la cara con una bandera y pidiendo a cualquiera que le tomara una foto que evitara cualquier marca que revelara su identidad.
Haciendo gala de sus conocimientos como estudiante de derecho, afirmó que actualmente en Venezuela no se respeta el recurso judicial del artículo 59 de la Constitución, y que no permitirá que lo detengan por expresarse.
No me van a mandar a prisión porque vine a protestar. “No merezco esto porque no soy un criminal, no tengo armas, tengo metas, tengo sueños y quiero un país mejor y lucharé por ello sin dejar que me metan preso en el 30 años por traición”, afirmó esta joven.
Su preocupación responde a que el Fiscal General dijo: La retirada de William Saabha llamado “criminales” a los manifestantes de la oposición en varias ocasiones. Los acusó de producir violencia en todo el país, y se les acusa de delitos como instigación a la ciudadanía, bloqueo de vías públicas, incitación al odio, resistencia a la autoridad y “en los casos más graves, terrorismo”.
Hasta un Venezuela Informa se cuida a sí mismo
Incluso María Corina Machado, quien se encuentra “en la clandestinidad” desde el jueves pasado, tomó precauciones de seguridad en su traslado hacia y desde el multitudinario mitin en Las Mercedes.
Ataviado con un suéter, capucha y casco, llegó a la calle principal de Las Mercedes en una motocicleta cuando todo estaba listo en su camioneta plataforma para iniciar el recorrido por la calle donde lo esperaban sus seguidores.
Con no más de una hora entre el recorrido y su discurso, María Corina se bajó de la camioneta, se volvió a poner la sudadera con capucha, se subió a la moto y desapareció.
Asegurándole al público que confía en el pueblo venezolano y pidiéndoles que sean francos en las calles, Machado preguntó: “No abandonaremos las calles, no abandonaremos la organización ciudadana”.
“Seguimos avanzando con confianza, estamos unidos, sabemos lo que tenemos que hacer y lo hacemos bien”, afirmó.
Aunque la tensión era claramente evidente entre los asistentes, Machado insistió en su discurso que la oposición tenía pruebas de fraude electoral y tenía formas de demostrar que Edmundo González fue el ganador de las elecciones del domingo.
La nuestra es una lucha civil y pacífica. “No nos entregamos a las provocaciones, la violencia está de lado porque es lo único que les queda (…) La nuestra es una lucha que va más allá de la política porque ya ganamos las elecciones”, afirmó.
Mientras aún se entonaba el himno nacional para cerrar la convocatoria, cientos de participantes opositores caminaron por distintas calles de Las Mercedes para distraerse de la concentración.
“Estamos escoltados y estaremos hasta el final, pero no somos tontos, no nos dejaremos atrapar”, gritó un hombre en la plaza Alfredo Sadel, quien advirtió a un grupo de chicos que abandonaran la zona para evitar la represión. por las fuerzas de seguridad que vigilaban de cerca la manifestación.