Seguidores de Nicolás Maduro esperan afuera del palacio de Miraflores a que el Consejo Nacional Electoral anuncie los resultados de las elecciones presidenciales.
Cejas negras. Una pareja se besa sentada junto a la Plaza Bolívar en el centro de Caracas. Son las 20:08 y a pocos metros se encuentran altos funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro, quienes están realizando los primeros informes tras el cierre de los colegios electorales.
“Te estamos esperando donde conoces, para conocer gente que conoces”, dice el jefe de campaña de Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, el domingo 28 de julio.
Esta invitación es al palacio de Miraflores y allí esperará los resultados con su militancia. Acto seguido, el presidente de la Asamblea Nacional abandona el teatro junto a Delcy Rodríguez, Diosdado Cabello y otras poderosas figuras del actual gobierno, que fue reelegido para un tercer mandato.
Al salir Delcy y Diosdado levantan la mano en señal de saludo a los presentes. Hay un grupo de hasta 80 personas frente a las barandillas que dan a la entrada del teatro. Mayoritariamente hombres, adultos mayores. Algunos gritan, silban y aplauden. Le gritan a Miraflores ¡Bravo! ¡Patria o muerte!
Tras la salida, la plaza más importante de Caracas se vuelve aún más solitaria. Algunas personas permanecen entre la penumbra. Alguien que duerme apoyado contra la pared. Algunos hombres comparten tragos a pesar de la ley seca impuesta en las elecciones.
Un par de mujeres venden cigarrillos en un café cercano al Capitolio, mientras vehículos a motor avanzan por la vía hacia el Palacio de Miraflores, donde no hay escenario para celebrar a las 21 horas. A esa hora viene gente, algunos a pie, en grupos, incluso de la mano de niños. Otros vienen en una variedad de modelos de automóviles, desde pequeños hasta grandes, y muchos también vienen con motocicletas de alta cilindrada.
Están llegando lentamente. Pero la concentración tiene un límite. La barrera de seguridad que bloquea el paso desde Miraflores y la Casa Blanca sigue abierta, mientras que del otro lado, un número indeterminado de guardias de seguridad custodian la zona de seguridad.
Se puede ver el montaje de la plataforma desde lejos. Mientras tanto, llegan simpatizantes pero otros se van. Hay motos girando para salir del puente de Llaguno. Los grupos de peatones también hacen esto. A las 21.43 todavía no hay resultados y la noche todavía parece temprana.