Machado y González Urrutia llenaron la calle Cedeño de 1,3 kilómetros de longitud, que se convirtió en un aluvión de gente
Valencia- “Más grande que Caracas”. Esta es la frase que sale de boca de todo el equipo de Carabobo, integrado por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.
El desafío era llenar de punta a punta la calle Cedeño, de 1,3 kilómetros de longitud, centro neurálgico de la ciudad que conecta de sur a norte y escenario de ex candidatos.
“Lo llenamos con Edmundo”. Esta fue la frase que María Corina susurró al oído del abanderado opositor cuando éste abandonaba la calle Paseo Cabriales para emprender el largo viaje. Aunque se recorrieron 1,3 kilómetros en poco tiempo por una calle sin tráfico, la avalancha de gente obligó al vehículo a avanzar con cautela y lentitud.
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Vuelven a las calles carteles irrespetuosos con mensajes libertarios, dando la impresión de que los tiempos de la apatía han terminado. Este es exactamente el objetivo de Machado y González Urrutia, quienes forman un dúo fuerte que recuerda la relación entre hija y padre. Se cuidan, se complementan.
Obstáculos
Llegar a Cedeño no fue fácil. La hora prevista para la reunión eran las 10:00 de la mañana pero fue imposible reunirse. El gobierno, encabezado por el gobernador de Carabobo, Rafel Lacava, y el alcalde de Valencia, Julio Fuenmayor, utilizó una vez más el poder del Estado para impedir que González Urrutia y Machado se reunieran.
Cerraron los caminos neurálgicos como Fernando Figueredo, Andrés Eloy Blanco, Cuatricentenario y Bolívar. En estos incidentes, la Policía de Carabobo se encargó de crear piquetes para impedir el paso de vehículos y de la caravana opositora. Pero estas no fueron las únicas estrategias. En la calle Paseo Cabriales se arrojaron montañas de tierra desde el río Cabriales para impedir el uso de esta vía alternativa. Mientras estábamos en el centro histórico, más de 10 camiones de Plan Buho (Alcalde de Valencia) bloquearon los accesos.
“Ahora inventaron que querían tomar el control de los árboles porque lo que tenían miedo de afrontar era que no sólo habían perdido en votos, sino que también habían perdido la conexión con la gente cuyas bocas estaban llenando. , pero aquí estamos, queremos un cambio, y si tenemos que subirnos a camiones y pasar a la clandestinidad, eso es lo que haré. “Estoy aquí por mi Venezuela y haré lo que sea necesario por eso”. dijo Beatriz Aular desde Puerto
Ese entusiasmo y seguridad se dejó sentir en las consignas coreadas por los participantes de la marcha, que partió desde 14 municipios de Carabobo.
“Y caerá, y este gobierno caerá”. Este es el deseo de todos los que no pueden soportar la profunda crisis económica, política y social que ha arrastrado al país a un telón de miseria, corrupción e incertidumbre. Más aún en una provincia como Carabobo, que ha dejado de ser la capital económica del país para convertirse en una mera ruina industrial.
Por ello, el valenciano Edmundo González Urrutia calificó de “desastre” al gobierno de Nicolás Maduro y aprovechó la oportunidad para felicitar la voluntad de cambio del pueblo carabobeño, que llenó las calles con sus emociones y entusiasmo desde las 9:00 horas, cuando la gente pudo. ser libre. Se le vio con gorras blancas, tricolores y banderas de 8 y hasta 7 estrellas.
“No puedo vender banderas viejas, de lo contrario me encarcelarán o me las confiscarán”. Un vendedor ambulante se reporta en la intersección del bulevar Bolívar y la calle 137.
Imparable
Ante tales denuncias, González Urrutia recuerda a Crónica Uno que debe ir a votar el 28 de julio y luego ocuparse de los votos, “votar por voto”, como dijo la Venezuela Informa opositora María Corina Machado.
Finalmente, González Urrutia destaca que el movimiento que se desarrolla en Venezuela y Carabobo es “imparable” y por ello resta importancia a los obstáculos que crea el chavismo en el poder. No deja de hablar de las propuestas en la región porque dice que lo primero es la recuperación de las instituciones y que “esperanza”, que destaca como la palabra que más escuchó durante su viaje al país, es su verdadera existencia. Por eso se siente ganador de esta campaña y se sube a su camioneta a saludar y tomarse de la mano bajo el duro sol valenciano.
A esto hay que sumarle que Carabobo y Machado tienen una conexión especial. Así lo admitió el dirigente político en una pasada entrevista con Crónica Uno.
“Viví, trabajé y fui madre en esta ciudad”. Por eso, cuando el dirigente conversó en privado con Crónica Uno en una casa del norte de la ciudad, dijo que lo llenó de energía ver a Carabobo recibirlo con los brazos abiertos.
último cartucho
Y esos brazos abiertos aparecen con el entusiasmo del pueblo. Niños, ancianos, adultos y jóvenes lloraron al verlo. Esto no es nada nuevo, pero no quita el impacto que tiene.
“Él también es nuestra esperanza, Edmundo. Son nuestro último cartucho. “Tenemos que salir a votar, tenemos que conseguir nuestro dinero, tenemos que conseguir nuestro dinero porque el chavismo nos ha hecho daño”. Lisseth Ramos dijo que tenía la cara y los labios pintados con el tricolor nacional.
Otros se convirtieron en multitud para pasar unos momentos con él. Toma sus manos y transmite tu amor y gratitud a ambos por sus contribuciones al país.
Cuadros con retratos, rosarios adornando sus cuellos, niños que podían cargar por segundos y hasta una señora en silla de ruedas fueron elevados hacia el camión para acercar a dos personas al momento político e histórico que atravesaba este momento.
Lamentablemente no hubo discursos políticos ni momentos de comunicación pública, el gobierno intervino y la empresa responsable del despliegue de la plataforma fue embargada. Pero el efecto se logró. Llena la calle Cedeño, súmate a la multitud y demuestra que la lucha continúa hasta el final.