Al observar la ligera llovizna que va y viene en el parque Vinicio Adames, el presidente Nicolás Maduro comentó: “Hace mucho frío, hay que buscar un poncho”. “Presidente, tengo unas camperas, pero tienen el sello de El Mazo Dando”, dijo Diosdado Cabello, presentador del programa de televisión. “Vamos entonces”, coincidió Maduro, que no dejó el plato de pollo y crucífera de ternera que previamente había llenado con leña de guatácaro.
Ofreciendo la primera sopa del día a su esposa Cilia Flores, Maduro se sumó a la carpa, donde estaban dispuestas 23 pantallas correspondientes a igual número de estados y una pantalla de Caracas, con rostros de voceros de calle y de la UBCh.
Se detuvo para saludar a la Escuela Ecológica Simón Rodríguez de la UBC y al Liceo Ecológico Nacional Bolivariana Alberto Müller Rojas antes de pasar a la mitad de la mesa. Las primeras personas que llegaron le dieron una pequeña olla de sopa.
Ya en la mesa central, Maduro advirtió que la derecha no estaba haciendo campaña electoral sino que estaba “preparando una gran guarimba”. Sin embargo, advirtió que no tolerarían crímenes de odio contra civiles o soldados”. Una de las interacciones que tuvo Maduro fue con la estructura chavista de la Cota 905, donde anteriormente operaba la banda Koki. “Hay que mantener la Cota 905 libre de violencia”, afirmó.
“Aprovechó para ignorar lo que se transmitía en redes parcializadas y campañas psicológicas porque lo que importa es la gente común y corriente”. Y fue allí cuando Maduro sugirió leer el estudio titulado “El 81% piensa que las redes sociales son censuradas por motivos políticos” publicado ayer en Últimas Noticias.
El presidente llamó a estar atentos porque “la extrema derecha tiene un grupo de sicarios por toda Venezuela buscándonos a mí y a nosotros”.