“Ve al mijo”. La frase oriental-maracucha la escuchó una señora que se acercaba a Tiuna, sede del presidente Nicolás Maduro, para iniciar el recorrido por la calle Izquierda, contigua al Paseo de La Chinita, en el centro histórico de Maracaibo. “Tenemos a nuestro presidente para masticar y tragar; tragar y masticar”, comentó la mujer, explicando la situación a un joven que la acompañaba entre la multitud de simpatizantes que se disponía a saludar a Maduro alrededor de las 16:00 horas.
Uno al lado del otro, la gente no podía esperar para tomar fotos del Presidente, quien correspondía con besos y cruzaba los brazos sobre el pecho en señal de abrazo. Incluso hubo personas que cortaron arbustos de mamón para tener una mejor oportunidad. Así recorrió Maduro cinco cuadras sobre el capó del Tiuna conducido por Diosdado Cabello.
En la cuadra cercana a la iglesia de Santa Bárbara, por donde giró la caravana, muchos motociclistas saludaron al Presidente con pitos y cornetas. El evento estaba planeado hasta allí. Pero la multitud continuó por Tiuna hasta llegar al bulevar Urdaneta, el antiguo bulevar Padilla. De aquí el Presidente se dirigió al hotel Tibisay (ex Hotel del Lago); Aquí lo esperaban en el Zulia los jefes callejeros y las Unidades de Combate Electoral Bolívar-Chávez y la estructura del PSUV compuesta por 1×10 en sus manos.
En algún lugar de la sala, el oficial de estrategia electoral Francisco Ameliach estaba examinando los números. El ex presidente de la Asamblea Nacional hojeó las páginas y comentó: “Aquí nos va muy bien”. “Aquí en Zulia hay 2.600.000 electores, que es el 12% del padrón nacional”, afirmó el experto electoral. “En 2006, Chávez derrotó a Manuel Rosales en las elecciones presidenciales y ganó en Zulia, donde era gobernador”, recordó Ameliach.
“Sólo los municipios de Maracaibo y San Francisco recogen 1 millón 200 mil votos”, explicó Ameliach, quien reconoció que el chavismo en Zulia ostenta actualmente cinco de las 21 alcaldías: La Guajira, Miranda, Mara, Losada, Almirante Padilla y Semprún. Al evento asistieron cinco alcaldes y Maduro los saludó uno por uno. Sin embargo, al llegar a Casigua El Cubo (municipio de Jesús María Semprún), el Presidente recordó que allí vivía su padre, quien nació en Sabanas Altas (Falcón). “Muchos de los nacidos en Falcón vinieron a estudiar al Zulia”, dijo.
En esta acción, que se desarrolló frente a dirigentes populares del chavismo, Maduro recordó que La Chinita le salvó la vida cuando dos vehículos aéreos no tripulados cargados de explosivos explotaron en el bulevar Bolívar de Caracas el 4 de agosto de 2018. “Hace media hora estudiantes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) me habían entregado un ejemplar de La Chinita”, recordó el Jefe de Estado, quien estuvo presente en el acto de celebración del 81 aniversario de la GNB. “Le tomé una foto a la virgen, puse mi mano sobre su cabeza y oré: protege los caminos de mi vida”, dijo Maduro.
Terminó la reunión con la estructura del partido y Maduro se despidió con un baile de gaita. A medio camino, la caravana se detuvo para ingresar a la Basílica de La Chinita, donde se encuentra el altar con la imagen de la Virgen María. Después de su partida, un grupo de trabajadores en el estacionamiento frente al templo se alinearon y saludaron al presidente. En ese momento, Maduro tenía un regalo colgado al cuello. “Un collar protector”, dijo uno de ellos. Maduro habló un rato con los trabajadores y lo volvieron a llamar cuando se iba. Les hizo una promesa, manteniendo la mano en el pecho, en cumplimiento de algo que los trabajadores le pedían en silencio.