Entre 20 y 50 empresas quieren seguir invirtiendo en la industria petrolera venezolana, por lo que han pedido a Washington que flexibilice las medidas coercitivas unilaterales.
Las solicitudes individuales de cada empresa están “siendo revisadas secuencialmente”, según un comunicado de un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Por su parte, la empresa española Repsol mantendrá sus operaciones en Venezuela después del 31 de mayo, pese al recrudecimiento de las sanciones impuestas por Estados Unidos el pasado mes de abril, según informaron fuentes vinculadas a la compañía a la agencia de noticias Bloomberg.
La transnacional logró obtener “una nueva licencia” del Departamento del Tesoro que le permitirá continuar su alianza con Petróleos de Venezuela.
Ambas empresas firmaron recientemente un acuerdo que amplía el número de campos petroleros explotados por la empresa conjunta Petroquirique, incluidos los campos Quiriquer, Mene Grande y Barua-Motatan.
Petroquirique tiene influencia en la División Occidente, al sur del Lago de Maracaibo (Julia), y en la División El Furial, al este de Venezuela.