Joe Biden tendrá que decidir esta semana si restablece un embargo petrolero a Venezuela, una cuestión entrelazada con dos de los mayores dolores de cabeza del presidente estadounidense en un año electoral: la inflación y la inmigración.
Bloomberg informó que la exención de seis meses que permitió a su oponente, Nicolás Maduro, exportar petróleo crudo a Estados Unidos.
Como parte de ese acuerdo, Maduro acordó garantizar que su propia candidatura a la reelección este verano sería libre y justa. Sin embargo, desde entonces expulsó de las elecciones a su principal oponente, encarceló a miembros de su partido e impidió que los inmigrantes venezolanos se registraran para votar.
Sin embargo, la decisión de Estados Unidos de volver a imponer sanciones no es una conclusión inevitable y se debe en parte al aumento de los precios del petróleo.
Los precios de la gasolina han aumentado un 17% este año, hasta su nivel más alto desde octubre, incluso cuando Biden intenta asegurar a los votantes que la inflación está bajo control.
Reducir el flujo de petróleo desde Venezuela aumentará aún más los precios del combustible.
El presidente de Estados Unidos también será cauteloso a la hora de interrumpir las exportaciones de crudo de Rusia e Irán -también sujetos a sanciones de Estados Unidos- por temor a empujar a los mercados globales a una escasez de suministro más profunda.
“Las preocupaciones sobre los precios del gas y la inflación están ocupando un lugar central, lo que hace que sea menos probable que Washington vuelva a imponer el embargo de petróleo en Caracas”, dijo Fernando Ferreira, director de riesgo geopolítico de Rapidan Energy Advisors.
Luego está la cuestión de la inmigración.
La pobreza y la persecución han obligado a millones de personas a huir de Venezuela. Muchos han vinculado el aumento de solicitantes de asilo que llegan a la frontera estadounidense con la presión de Biden, que se prepara para su revancha contra Donald Trump.
Había cierta esperanza de que el levantamiento del embargo mejoraría las condiciones económicas y eliminaría ese problema. Pero si Maduro gana otro mandato, los analistas esperan que el éxodo se acelere.
Biden podría optar por extender el alivio de las sanciones a Venezuela inmediatamente después de las elecciones de julio en ese país, lo que Ferreira considera la opción más probable.
Luego, Estados Unidos podría volver a imponer sanciones gradualmente. Sin embargo, la mayoría de los analistas no esperan una prohibición total en línea con las restricciones de Trump de 2019 que esencialmente impiden a las refinerías estadounidenses comprar crudo de Caracas.
De todos modos, hay mucho en juego, lo que obliga a Biden a equilibrar la necesidad de promover la democracia en Venezuela con su suerte electoral.