Más que un referente literario, Gabriel García Márquez (1927-2014) ascendió a la posteridad como expresión de una emoción latinoamericana, un sentimiento estrechamente asociado a la tragedia, la razón homérica y la felicidad humana.
Diez años después de su partida física este 17 de abril con el aleteo de unas alas de mariposa amarillas, su ausencia es visible pero no segura.
Este año se publicó su novela póstuma En agosto, míranos, que ha sido objeto de polémica por su relevancia en palabras del propio autor, quien la consideró “inútil” y encargó a sus hijos destruirla.
La periodista Rosa Raydan, aún emocionada por haber leído un “nuevo trabajo” de su autor favorito, comentó que el manuscrito reposa en el Centro Harry Ransom (www.hrc.utexas.edu/) de la Universidad de Texas en Austin, EE.UU., su Todo un archivo privado de acceso público, por lo que tarde o temprano será publicado con o sin el consentimiento de sus herederos.
Comentó una anécdota: “Lo vi entrar al Festival de Cine de La Habana como público salsero. Creo que fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida. Inmediatamente rompí a llorar y me quedé mirándolo durante toda la actuación… Él salió el último de la habitación y yo salí por segunda vez, como queriendo preguntarle algo, pero no pude, no tenía fuerzas. coraje.”
Estas reacciones fueron provocadas por el autor, quien al mismo tiempo animó a Komdrazgo, como lo demuestra su acercamiento a un gran número de artistas de todas las corrientes, populares y elitistas, de izquierdas y derechas, con los que compartía gracias a su natural interés por el conocimiento. . .
Además de su vasta labor narrativa, periodística, ensayística y guionista, Márquez coleccionó cariño, que era su pasión. Llegó a decir que en realidad escribía por amor, práctica que practicaba desde pequeño en la mítica Aracataca, en la costa caribeña de Colombia, donde sirvió primero como oyente y luego como narrador en el arsenal de anécdotas personales. de su abuelo, el coronel Nicolás Márquez.
El príncipe del conflicto
- Noble en blanco. En contra de la norma, Gabo recibió su Premio Nobel de Literatura en 1982, vistiendo una liculique blanca contra el frac negro que lució en la gala de Estocolmo.
- amigo de todos Nadie ha podido explicar cómo eligió a sus amigos. Fue opositor ideológico de François Mitterrand, Fidel Castro y Carlos Andrés Pérez, aunque siempre estuvo activo en la izquierda.
- amante fiel Su obra discurre por historias de amor cruzadas, como la trama central del amor durante el cólera, pero aparentemente fue fiel a su novia de la infancia, Mercedes Barcha, con quien estuvo casado durante 54 años, hasta su día. muerte