Jorge Glas, el exvicepresidente de Ecuador que fue detenido el pasado viernes tras un allanamiento policial a la embajada de México en Quito, se encuentra en condición estable y será trasladado a prisión en las próximas horas tras recuperarse en un hospital por descompensación, según un comunicado. reporte policial. Dice que esto se debió a una posible sobredosis de drogas y a la negativa de los funcionarios de prisión a comer.
El organismo penitenciario estatal, el Servicio Nacional de Atención Integral a Adultos Privados de la Libertad (SNAI), recordó en un comunicado este martes que Glas permaneció en observación médica en el hospital de la Marina de la ciudad de Guayaquil en las últimas horas.
Según las valoraciones, “actualmente sus parámetros de salud se encuentran estables y dentro del rango normal, por lo que podrá recibir el alta médica correspondiente”, afirmó el SNAI.
Agregó que Glas regresará a La Roca, el penal de máxima seguridad de Ecuador donde estuvo recluido tras su arresto en la Embajada de México, “durante el 9 de abril” con estricto apego a los protocolos de seguridad. El SNAI señaló que en esta prisión “la integridad física de Glas estará protegida”.
El abogado de Glas, Andrés Villegas, consideró escueto el comunicado del SNAI y se quejó de la falta de información oficial sobre la situación real del mal estado de salud de Glas, ocurrido el lunes.
Esta denuncia se debe a que un informe policial al que tuvo acceso la defensa de Glas menciona una acusación de intoxicación por drogas, mientras que el SNAI menciona una indemnización por falta de ingesta de alimentos.
Villegas dijo a Efe que estaba a la espera de recibir información oficial sobre la situación de Glas, quien fue ministro y vicepresidente durante la presidencia de Rafael Correa (2007-2017), con quien es amigo desde su juventud. También fue vicepresidente de Lenín Moreno (2017-2021) en los primeros meses de su mandato.
Glas, que ingresó el pasado mes de diciembre a la Embajada de México en Quito, solicitó asilo al Estado mexicano el pasado viernes, y pocas horas después de aceptar su petición de asilo, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa ordenó a la policía atacar la sede diplomática para detenerlo. Provocó que las relaciones se deterioraran del lado mexicano.