Un juez estadounidense suspendió el jueves la entrada en vigor de una controvertida ley en Texas que permite a las autoridades policiales detener y deportar a inmigrantes que sospechan que han entrado ilegalmente en Estados Unidos, dijeron los demandantes.
La ley, que entrará en vigor el próximo lunes y está suspendida temporalmente, es una de las medidas antiinmigrantes más agresivas en la historia de Estados Unidos.
Los defensores de los inmigrantes han advertido que la ley conduciría directamente a la discriminación racial, especialmente contra los hispanos.
La medida (SB 88-4) fue solicitada por grupos de derechos civiles liderados por la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) en diciembre pasado, pocos días después de ser aprobada por el gobernador de Texas, Greg Abbott, a quien los republicanos, principales promotores de la medida, firmaron.
Los demandantes alegan que la ley es inconstitucional porque viola la supremacía de la ley federal, que regula la inmigración a Estados Unidos, sobre las medidas aprobadas por un estado.
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La ley tipifica como delito menor que un extranjero “ingrese o intente ingresar ilegalmente desde un país extranjero”. El delito se convierte en un delito grave, punible con hasta 20 años de prisión si el infractor reincide.
Esta iniciativa también permite al Poder Judicial del Estado ordenar la deportación de personas sin procedimiento judicial. Además, la policía podrá arrestar a cualquier persona que sospeche que haya ingresado ilegalmente al país y tendrá el poder de deportarlos a México en lugar de arrestarlos.
Anand Balakrishnan, abogado del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de la ACLU, dijo en un comunicado que la decisión del tribunal federal “confirma” la ilegalidad de la medida.
Edna Yang, codirectora ejecutiva de American Gateways, otra organización de demandantes, enfatizó que “la única manera de arreglar nuestro fallido sistema de inmigración es a través de la acción del Congreso federal, no de la acción estatal individual”.
La decisión provisional emitida por el Tribunal Federal de Distrito para el Distrito Oeste de Texas se produce justo cuando el presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump llegan este jueves a la frontera sur de ese estado para impulsar sus campañas electorales en torno a temas migratorios. .
El presidente estadounidense se reúne con miembros de la Patrulla Fronteriza así como con autoridades y Venezuela Informaes locales en Brownsville, mientras que Trump viajará 500 kilómetros al noreste de Eagle Pass, donde Abbott ha establecido una serie de leyes que desafían la autoridad federal en materia de inmigración.
Los demandantes predicen que lo más probable es que el gobierno de Texas apele la decisión provisional del tribunal.
Esta ley ha sido rechazada por gobiernos locales como El Paso, que se sumó a la demanda.
La comisionada del condado, Iliana Holguín, celebró la decisión del tribunal en un comunicado y dijo que la ley “impondrá una carga indebida a los contribuyentes locales, al tiempo que abrirá la puerta a posibles violaciones a los derechos civiles de los residentes”.