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Con un traje de banco de tres piezas a medida, pantalones entallados arriba y acampanados abajo, y su mano derecha apuntando a una bola de espejos gigante que cuelga del techo: es la personificación de Tony Manero, un ícono de los setenta que marcó un camino. de bailar. Ese papel en la película Saturday Night Fever catapultó a John Travolta a la fama y le valió su primera de dos nominaciones al Oscar. El joven, que se creía el rey de la discoteca, celebra 70 años de una vida marcada por el éxito, el baile y la tragedia.
Por la vanguardia
John Joseph Travolta nació el 18 de febrero de 1954 en Nueva Jersey, aunque sus abuelos eran de Palermo. El menor de seis hermanos, mostró talento para la actuación desde muy pequeño y dejó la escuela a los 16 años para perseguir sus sueños. En 1975 fue seleccionado para La lluvia del diablo. Era la segunda audición a la que acudía y, aunque la película de terror pasó desapercibida, marcó su vida cuando conoció a la actriz Joan Prather, quien le introdujo en la Cienciología, de la que es miembro activo.
Al año siguiente rodó Carrie, aunque en un papel secundario, y la película para televisión The Boy in the Plastic Bubble, en la que inició una relación con su compañera de reparto Diana Hyland, que era 18 años mayor que él. Lamentablemente, la relación terminó unos meses después debido al cáncer.
Travolta superó esta grave lesión para bailar. El productor Robert Stigwood le ofreció un papel en Saturday Night Fever y tras un riguroso entrenamiento físico y muchas horas encerrado en el estudio de danza, el incipiente actor se convirtió también en bailarín, sello que le acompañaría para siempre, sobre todo tras el enorme éxito de la película disco. . Con banda sonora de los Bee Gees, lanzado en Estados Unidos en diciembre de 1977.
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