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La influencia de las figuras públicas en la esfera política es innegable y Taylor Swift es una celebridad importante en el mundo actual. La perspectiva de su respaldo por parte de la campaña de Joe Biden ha provocado una reacción significativa, particularmente entre la derecha y el movimiento MAGA (Make America Great Again). Más allá de la influencia directa de Swift en la escena política, esta situación pone de relieve la proliferación de teorías conspirativas infundadas en estos sectores. Es crucial examinar cómo han surgido narrativas engañosas en torno a la imagen de Swift, desde lo que se considera una supuesta “operación psicológica” hasta vincularla con la supuesta promoción de una “agenda progresista”.
Gonzalo Fiore Vianni
El lunes, el New York Times informó que la campaña de Joe Biden busca el respaldo de Taylor Swift antes de las elecciones generales de noviembre, donde, según se informa, el presidente Biden se enfrentará al expresidente Donald Trump. Aunque Swift aún no ha respaldado a ningún candidato presidencial, la noticia provocó indignación entre figuras de extrema derecha y el movimiento MAGA, quienes difundieron teorías engañosas y afirmaron que el incidente de Swift fue una “operación psicológica” para atraer votantes al Partido Demócrata y a los “progresistas”. “. agenda.”
En los últimos años, Estados Unidos ha visto una proliferación de teorías de conspiración de extrema derecha, desde creencias infundadas sobre un “Estado profundo” hasta teorías infundadas sobre fraude electoral. La proliferación de narrativas como QAnon, que aluden a la existencia de una camarilla pedófila y satánica entre las élites, ha generado preocupación sobre el impacto de estas ideas en la sociedad.
Las teorías sobre las armas secretas del gobierno, la demonización de los inmigrantes y la creencia en una supuesta “agenda globalista” también han tenido eco en algunos sectores de la extrema derecha. Es fundamental resaltar que estas teorías no tienen base empírica y han sido ampliamente desacreditadas. La proliferación de estas narrativas no solo contribuye a la desinformación, sino que también alimenta la polarización y la desconfianza en la sociedad, destacando la necesidad de abordar críticamente estas creencias infundadas. Ahora, se ha añadido uno que involucra, curiosamente, a Taylor Swift.
Esta teoría también implica al deporte más popular del país, el fútbol americano. El 11 de febrero se juega el Super Bowl, donde se determina el campeón de la liga, y uno de los equipos que compite en la final es el novio de Taylor, Travis Kelce. Para estos teóricos de la conspiración, Swift puede haber sido un “activo del Pentágono” en una supuesta “operación psicológica de interferencia electoral”, conspirando con fuerzas de izquierda no identificadas para manipular los resultados del Super Bowl y luego respaldar a Biden.
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