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1. Ganó los campeonatos de fútbol y tenis descalzo.
Fabián Soldini, el agente que trajo a Lionel Messi llegó a Barcelona, dijo en un acto del día del amigo en Rosario. Todos los chicos representaban al grupo empresarial con el que trabajaba y organizaban partidos de fútbol-tenis. Hubo jugadores como Renzo Ruggero (Rosario Central) que estuvo cinco años por delante de él. También está Nacho Scocco, que estuvo en el equipo juvenil de Newell’s. El ganador es Messi. Con un giro especial ganó… ¡jugando descalzo!
2. “Quiero conocer a Richard”.
Diego Vallejos es vecino de la familia Messi. Hoy todavía vive a pocos metros de la casa donde creció Leo en Rosario. Y comparten escuelas y vecindarios. Enloquecieron a la profesora Andrea de la escuela número 66 General Las Heras. La acusaron de tener un romance con el conductor del autobús que los llevó a una carpintería. Al ritmo de la canción de Queen “We Will Rock You”, ella se sonrojaba cada vez que Richard subía al auto.
3. Juego en los semáforos
Bruno Milanesio tiró una pared con Messi en el filial de Newell’s. Pertenece a los famosos Leprosos de Nivel 87 que ganan todos los torneos que se enfrentan a él. Fuera del campo también eran cercanos, y un día, cuando tres o cuatro muchachos se encontraron en casa de Milanesio, No tuvieron mejor idea que dejar que Leo jugara un jueguito. En el semáforo de la esquina para pedir monedas entre vehículos. De pronto la madre de Bruno los vio por la ventana y los retó. La colecta era tan pequeña que ni siquiera compraron un refresco para todos.
4. Hacer trampa en los videojuegos
Si Leo no anduviera con pelota Lo movió con un videojuego. Era otro pasatiempo que tuvo cuando era niño y continuó hasta la edad adulta. Un día, en casa de Bruno Milanesio pusieron un cartucho de fútbol en una consola Sega, los excompañeros de Messi decían que en la tanda de penaltis era imposible ganarle al ordenador. Luego se ofreció a cambiar de control. Haciendo que una persona juegue para el otro equipo. Y de esa manera pueden vencer a sus oponentes sabiendo por qué equipo ejecutarán el penalti. En tiempos de distracción Leo pareció gritar que había nacido un campeón. (Teóricamente Jugaba solo contra la máquina) pero ya había apagado la consola. A día de hoy, Milanesio no confía en su capacidad para jugar videojuegos: “No puede perder nada”.
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